Hace casi medio siglo, los científicos hallaron los huesos de dos poderosos brazos de dinosaurio en Mongolia y creyeron haber descubierto un asesino aterrador, con garras enormes.
Ahora han encontrado el resto del dinosaurio y resulta que, muy por el contrario, es una criatura absurda y bobalicona.
La enorme bestia probablemente tenía un andar bamboleante en dos patas, como una mezcla entre el dibujo animado Barney y Jar Jar Binks, la criatura de “La guerra de las galaxias”. Medía cinco metros de altura y 11 metros de longitud, pesaba siete toneladas, tenía un pico de pato en la cabeza y una especie de giba en el lomo. Sume a eso las garras asesinas, alguno que otro penacho de plumas y una boca desdentada… y trate de no reír.
Para colmo, comía como una aspiradora gigantesca.
Es el Deinocheirus mirificus, que significa “manos terribles de aspecto singular”. La nueva imagen proviene del hallazgo de un esqueleto completo en Mongolia, descrito en un artículo en la revista Nature. Vivía hace 70 millones de años, es un pariente ancestral de la avestruz y pertenece a la familia llamada Ornithomimosauria, o lagartos imitadores de aves.
“Deinocheirus resultó ser uno de los dinosaurios más extravagantes que podíamos imaginar”, dijo el autor principal del estudio, Yuong-Nam Lee, director del Museo Geológico de Daejeon, Corea del Sur.
En 1965, cuando los científicos hallaron los primeros huesos del antebrazo —de casi dos metros y medio— muchos pensaron en “una criatura que aterraría a la gente”, dijo el especialista Thomas Holtz Jr, quien no participó del estudio. “Y ahora solo provocaría risas y sorpresa”.
Es un hallazgo tremendo y a la vez una historia reveladora de los peligros de llegar a conclusiones sin pruebas suficientes, dijo el paleontólogo Paul Sereno, de la Universidad de Chicago. También recuerda que la evolución no siempre es como pensamos.
“Esta es la evolución en un mundo de dinosaurios, no de mamíferos”, dijo Sereno en un correo electrónico. “El punto de partida es un animal bípedo que se parece un poco a un avestruz peludo. Y cuando crece y chupa un montón de vegetación blanda, al final se parece a una avestruz bobalicona con pelusa y cola, no a una vaca”.
Según Lee, las caderas anchas y enormes pies indican que Deinocheirus se desplazaba lentamente y alcanzó semejante tamaño probablemente para evitar servir de banquete a los grandes depredadores.
Tenía un pico capaz de comer plantas y una lengua enorme que creaba un efecto de succión para recoger alimentos del fondo de arroyos, lagos y lagunas, escribió Lee.
Al principio su equipo no pudo hallar un cráneo, pero un aviso de otro investigador les permitió obtenerlo en el mercado privado en Alemania.
Algunos chicos lo considerarán su dinosaurio preferido, dijo Holtz: “los chicos que tienen sentido del humor”.