El mal parece inconfundible. Grave fiebre amarilla en lo más profundo del corazón azul. Al menos es la impresión que han dejado los celestes desde que se cansaron de llenar de cuero al América en la fecha 12; cuando comunión, festejos y halagos de medios y afición catapultaban a La Máquina a dimensiones insospechadas. Situaciones que contrastan con la eliminación del campeón de la Concachampions pasada, a manos del Alajuelense, que además terminó en una penosa bronca en tierras ticas y para la que la directiva cementera ya anunció sanciones para sus rijosos.

 

Y es que todo ha cambiado en menos de un mes, poco a poco se empieza a borrar el optimismo desbordado que surgió la noche del pasado 4 de octubre cuando Cruz Azul tundió 4-0 a las Águilas en el estadio Azul. Con la goleada vinieron elogios para Mariano Pavone, delantero que mojó el primero para los emplumados. Se habló de lo injusta que había sido la banca para el Chaco Giménez, de la velocidad de Gerardo Flores, de la efectividad de Joao Rojas, de la Liguilla, del campeonato y de un gran papel en el Mundial de Clubes.

 

¿Qué pasó después? Mariano Pavone lo anunció luego de la derrota que Tigres les encajó en el Volcán: “Volvimos a ser el Cruz Azul que no queremos, faltos de puntería…” Apenas una semana después de la mejor exhibición del torneo, sin nada más que jactarse de vencer al América, La Máquina volvió a las andadas, a las medias tintas, pero no sólo en la Liga, sino también en la Liga de Campeones de Concacaf.

 

Lo visto en la cancha del Alajuelense no es nuevo en Cruz Azul. A las imágenes de Formica lanzado patadas y puñetazos se unen recuerdos como el de aquella vuelta de semifinales del Clausura 2011, cuando Morelia los echó con marcador de 3-0 y el duelo terminó con una bronca en la que José de Jesús Corona propinó un monumental cabezazo al auxiliar técnico de los michoacanos.

 

En el presente, el problema está en que cuando parecía que la victoria ante América era el despertar del gigante celeste, hasta el momento ha sucedido todo lo contrario. Cruz Azul sigue fuera de la zona de calificación en la liga mexicana, donde está atorado en el lugar 10. A eso se suma la eliminación de un torneo en el que se daba por descontada su calificación a los cuartos de final, en el cual era el vigente campeón.

 

Ayer Cruz Azul volvió de Costa Rica, su vicepresidente deportivo, Agustín Manzo no descartó sanciones para los rijosos; Mauro Formica, primer aludido, sigue con la guardia arriba y explicó sus puñetazos en el campo: “Yo respondí a una agresión, sólo eso. El resto fue sólo una reacción”. Culpables o no, lo cierto es que hoy Cruz Azul está eliminado en Concachampions y fuera de la zona de Liguilla en el Apertura 2014 y con el pesimismo del Mundial que se les viene. No hay duda, maldita fiebre amarilla.