WASHINGTON. En la campaña electoral para el Congreso estadunidense del próximo 4 de noviembre, el llamado “dinero obscuro” que financia la mayoría de campañas en televisión domina el debate en Estados Unidos.
El financiamiento secreto para campañas políticas en medios electrónicos fue autorizada por la Suprema Corte en 2010 para organizaciones sin fines de lucro, empresas sindicatos, siempre y cuando no lo hicieran en coordinación con los candidatos o partidos.
Estos fondos superan desde la elección presidencial de 2012 a los de los Comités de Acción Política (PAC), que están obligados a reportar los nombres de donantes y montos aportados a la Comisión Federal Electoral.
Los grupos sin fines del lucro utilizan nombres genéricos sin alusión a los partidos políticos y sin una agenda clara, aunque sus finanzas son reportadas en declaraciones de impuestos federales y los nombres de sus donadores tendrían que ser incluidos.
La revista política televisiva “Meet The Press” estimó que en 2014, el costo de la elección legislativa será de cuatro mil millones de dólares; la cuarta parte de esa suma corresponderá a grupos externos a las campañas y los partidos, sin conocer el monto del “dinero obscuro”.
Un análisis del diario The New York Times y la organización Campaign Media Analysys Group encontró que 55 por ciento de los anuncios de campaña han sido pagados por esas asociaciones de donantes anónimos, en comparación con 45 por ciento pagados por los PAC.
El reporte precisó que el “dinero obscuro” favorece “significativamente” a las campañas republicanas, mientras los PAC han pagado más por la publicidad de los demócratas.
Un 80 por ciento de propaganda republicana proviene de donaciones “secretas” de la Cámara de Comercio de Estados Unidos.
El análisis de la publicidad mostró que el grupo Kentucky Opportunity Coalition pagó por más de 10 mil anuncios electorales para el senador republicano Mitch McConnell, considerada la más importantes del ciclo.
Si los republicanos recuperan el control del Senado, a McConnell le correspondería ser el líder en la cámara alta.
A su vez, los dueños de Industrias Koch, con un capital estimado en casi 42 mil millones de dólares cada uno, ofrecieron aportar este año 125 millones para candidatos republicanos al Senado.
El millonario californiano Tom Steyer, cuya fortuna se estima en mil 600 millones de dólares, ha donado al menos 58 millones a candidatos demócratas que apoyan medidas para prevenir el cambio climático.
En el centro, el exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, cuyo capital personal se estima en 34 mil millones de dólares, ha destinado 50 millones de dólares a las campañas de legisladores que apoyan el control de armas.
El estudio indica que los demócratas reciben “dinero obscuro” procedente de organizaciones como Sierra Club y la Liga por la Conservación de Votantes, cuya declaración de impuestos reporta una donación anónima por seis millones de dólares.
MG