Apple, al igual que muchas otras empresas dedicadas a la fabricación de gadgets tecnológicos, utiliza oro dentro de sus materiales debido a que los metales preciosos son buenos conductores de electricidad.
El 29 de mayo de 2014 la gigante de las tecnologías presentó su reporte especializado al regulador bancario de Estados Unidos, Securities and Exchange Commission (SEC), donde detalla que en 2013 realizó una investigación para comprobar que ningún material para la fabricación de sus productos proviniera de zonas o empresas en conflicto.
Sin embargo, según detalla un artículo de Proyecto PODER, las mexicanas Grupo Peñoles y Grupo México, que son las encargadas de proveer este metal a Apple, tienen un largo historial de prácticas sociales y medioambientales polémicas.
En el caso de Grupo México, cuyo director, Germán Larrea, es el segundo empresario más rico del país, no sólo se toma en cuenta el más reciente escándalo ambiental por los casi 40 mil metros cúbicos de lixiviados de Sulfato de Cobre Acidulado derramados en el Río Sonora, sino que las denuncias y registros por malas prácticas van desde daños ecológicos hasta violaciones a los derechos humanos.
Aunque Apple declaró que garantizar condiciones de trabajo seguras y justas en su cadena de suministro es una de sus principales misiones, en 2006 La Caridad, mina en Sonora de Grupo México, proveedora de la empresa de la manzana, registró un conflicto laboral que llevó a su cierre temporal, cuando terminó el contrato colectivo de trabajo tras dos meses de huelga de los trabajadores.
Desde 2007 hay una huelga en las minas de Taxco, Guerrero, y Sombrerete, Zacatecas, surgida en defensa de los derechos laborales, además del conflicto en la mina de Cananea, Sonora, entre 2006 y 2010, cuando fuera declarada ilegal y su situación laboral continúa siendo conflictiva.
Por otra parte, la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) multó a la empresa de Larrea por 13 millones de pesos por faltas de medidas de seguridad después de que el 12 de febrero de este año fallecieran cinco trabajadores en la mina Charcas en San Luis Potosí cuando se desplomó un elevador que los transportaba.
Sin embargo, quizá el caso más trágico fue la explosión en la mina Pasta de Conchos en 2006 donde 65 trabajadores murieron, caso que incluso fue llevado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Por su parte, el caso de la mina Met-Mex de Peñoles documenta desde 1937 denuncias de la comunidad de Torreón por problemas en las vías respiratorias que afectaron especialmente a niños que registraban niveles muy altos de plomo en sangre y que provocó daño neurológico y cognoscitivo.
A pesar de que en 2004 la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos declaró a Met-Mex Peñoles como un ejemplo de degradación y contaminación del medio ambiente, hasta la actualidad la empresa subsidiaria de Grupo Bal solamente ha recibido algunas sanciones administrativas, sin que se hayan solucionado los problemas.
Lo que preocupa de esta situación, es que Apple tiene su sede principal en California, estado con una de la leyes más avanzadas en el tema del uso de minerales y que para poder cotizar en la Bolsa de Valores de EU debe cumplir con la ley Dodd-Frank que instruye a la utilización de minerales libres de conflicto.
Aunque La Claridad y Met-Mex Peñoles no operan en zonas de conflicto armado, el impacto social y medioambiental recurrente de Grupo México e Industrias Peñoles, es claramente opuesta a la política que Apple pretende llevar a cabo y deja en evidencia que su transparencia e investigaciones son insuficientes y cuestionables.
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