La crisis en las estructuras policiales de Guerrero va más allá de las corporaciones municipales. Los agentes ministeriales de investigación, que dependen directamente del gobierno estatal, encabezan la mayor cantidad de abusos en contra de la población.

 

Así lo revela una medición realizada por el Monitor Civil de Las Policías y Cuerpos de Seguridad de la Montaña de Guerrero, proyecto en el que participan el Instituto para la seguridad y la Democracia A.C. (Insyde); el Centro de Análisis e Investigación Fundar; y el Centro de Derechos Humanos Tlachinollan.

 

A través de ese monitoreo se documentaron 573 casos denunciados por los ciudadanos sobre abusos policiales cometidos entre los años 2007 y 2013 tan solo en la región de La Montaña.

 

Los datos revelan que 44% del total de los abusos fueron cometidos por la Policía Ministerial del estado, la cual es de jurisdicción estatal y dependiente de la Fiscalía general de Justicia (antes Procuraduría).

 

Los cuerpos de policía municipal registran 31% de las quejas que se presentaron, mientras que al Ejército mexicano correspondieron 6% de los reportes. En 19% de los casos restantes no se identificó a las fuerzas de seguridad responsables de los abusos.

 

El estudio registra que los principales abusos cometidos por los agentes de seguridad son detenciones arbitrarias, extorsiones, el retraso en las puestas a disposición en el Ministerio Público, multas indebidas, tratos crueles, inhumanos o degradantes, allanamiento de morada, entre otros.

 

María Eugenia Suárez, directora de Investigación Aplicada en Policía, Seguridad y Justicia del Insyde, señaló que en Guerrero, como ocurre en muchos estados del país, las policías ministeriales que operan sin uniforme, han “mal entendido” la función de investigación que tienen y se creen auténticamente facultadas para cometer atropellos.

 

Mando Único no es solución

 

Aunque en Guerrero se ha urgido a la implementación del Mando Único para supuestamente limitar o erradicar actos de corrupción y abusos policiales, en el Insyde subrayaron que esa medida no soluciona el fondo del problema.

 

“El mando único lo que está planteándonos es un cambio de sistema policial pero no un cambio de modelo policial (…) lo que se está proponiendo es que la organización policial pase a ser una organización centralizada en 32 mandos, pero no hemos discutido en este país que policía queremos”, dijo Suárez.

 

Con más de 10 años de estudio de las corporaciones policiales en México, la especialista de Insyde subrayó que está pendiente un auténtico debate en democracia sobre la función policial, que se sigue entendiendo mucho más como preservar el orden y ejecutar la voluntad de instituciones, en vez de la protección ciudadana.

 

La especialista recordó que a nivel internacional la tendencia no es unificar mandos sino al contrario, dar mayores competencias a cuerpos policiales locales a través de modelos como los sistemas de cuadrantes.