WASHINGTON. El gobierno de Estados Unidos expresó hoy su preocupación por el “deterioro” de la situación en Burkina Faso y urgió a las partes enfrentadas, incluidas las fuerzas de seguridad, a poner fin a la violencia.
En un comunicado, la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) de la Casa Blanca, Bernadette Meehan, alertó del “deterioro” de la situación en ese país tras una violenta y masiva protesta ciudadana contra la reforma constitucional que impulsa el presidente Blaise Compaoré para prolongar su mandato.
A raíz de esa protesta, Compaoré decretó este jueves el estado de sitio en el país y disolvió el gobierno.
El mandatario, que tomó esta decisión tras reunirse con el Consejo de Ministros, señaló que está dispuesto a negociar con la oposición y que el general Gilbert Diendere será ahora el encargado de restablecer el orden en el país, según un comunicado gubernamental citado por los medios locales.
“Hacemos un llamamiento a todas las partes, incluidas las fuerzas de seguridad, para que pongan fin a la violencia”, sostuvo la portavoz del NSC.
Las protestas contra el presidente de Burkina Faso, que lleva en el poder desde 1987 tras protagonizar un golpe de Estado en el que murió su antecesor, Thomas Sankara, arrancaron hace dos días, cuando miles de personas se manifestaron en la capital.
Este jueves las protestas se extendieron e intensificaron en todo el país, especialmente en Uagadugú, donde se desató el caos cuando centenares de manifestantes asaltaron e incendiaron el Parlamento en protesta por la votación de la enmienda constitucional impulsada por Compaoré.
Desde su independencia en 1960 hasta la llegada de Compaoré a la presidencia, en 1987, la historia de Burkina Faso, antes conocido como Alto Volta, se ha caracterizado por una sucesión de golpes de Estado. DE