Con el año electoral en puerta y todavía 500 mil personas más por incluir en la Cruzada Nacional contra el Hambre para alcanzar sus objetivos de este año, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) busca alcanzar la ambiciosa meta que planteó el presidente Enrique Peña Nieto: eliminar la pobreza extrema del país al término de su sexenio.

 

En entrevista con 24 HORAS, el subsecretario de Desarrollo Social de la Sedesol, Ernesto Javier Nemer Álvarez, enumera los retos y logros alcanzados en materia de política social.

 

Los retos existen. En el último informe del capítulo mexicano del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) se detectó que las metas de los programas sociales como Prospera o la Cruzada Nacional contra el Hambre no podrán cumplirse a menos que se ponga en orden el abanico de buenas intenciones de los estados, municipios y la propia Federación para atender a los 7.6 millones de personas que viven en la pobreza más extrema.

 

Si bien la Cruzada Nacional contra el Hambre es el primer esfuerzo de conformar un padrón universal y ordenar los programas sociales en cuanto a alimentación se refiere, falta mucho por recorrer y uno de los primeros pasos es lograr un presupuesto propio, lo que no podrá conseguirse hasta 2016. Antes, habrá que sobrevivir las elecciones intermedias de 2015 con un protocolo que pretende disipar sospechas sobre la entrega de apoyos; y, por último, la entrada de Sedesol al Distrito Federal, el bastión perredista.

 

¿La Cruzada Nacional contra el Hambre ya alcanzó las metas que se tenían para este año?

 

Nuestra meta era llegar a 7.4 millones de personas, que son las que viven en condiciones de mayor pobreza (…) que no tienen para comer, pero también tienen una carencia de educación, salud, ingreso y trabajo. Eso es la pobreza multidimensional, según lo que define Coneval y sobre ellos va la Cruzada Nacional contra el Hambre.

 

Los pobres de los pobres eran lo urgente. La siguiente meta es cubrir 100% de los que no tienen una buena alimentación. Para fines de este año es cubrir 5.5 millones, al final del tercer año llegar a 7.4 millones de personas y para el final de la administración llegar a los 11.4 millones que tienen pobreza alimentaria. Hoy tenemos 5 millones.

 

¿Qué presupuesto se designó?

 

 

Lo digo con toda responsabilidad, no teníamos ningún presupuesto, y lo que se hizo fue detectar los programas sociales del Gobierno de la República para alinear los esfuerzos a esas localidades, a esas familias.

 

Había 270 programas dispersos en las 18 secretarías, pero cada quien los aplicaba a su entender y con sus criterios de dependencia. Lo que hizo el Presidente fue sentar a las 18 secretarías, los gobiernos de los estados y municipales, decir cuáles son los 270 programas sociales que existen y con base en los 70 programas de mayor impacto trabajar la Cruzada Nacional contra el Hambre. Alineamos todos los programas y así se diseña la Cruzada, que tiene que ver con una mejor alimentación.

 

¿No lograron convencer a los diputados de que el programa necesitaba su propio presupuesto?

 

Yo creo que sí se va a lograr para 2016, porque fue lo que el Presidente aseguró con la reforma energética, que dijo que muchos de los recursos que podamos obtener a partir de la apertura a la IP y la competitividad en materia energética se va a destinar a política social.

 

Tenemos que movernos de una política asistencialista a una de segundo nivel, de reconocimiento de derechos sociales. Lo que se toma en consideración es que para salir de la pobreza necesitas crecimiento económico, generación de empleos y riqueza, mientras no ocurra estás condenado a la pobreza.

 

¿Para 2016 se pedirá un presupuesto para el programa?

 

Aún no contamos con una cantidad exacta para direccionar los programas. Necesitamos la evaluación que está haciendo el Coneval para señalar cuáles fueron exitosos para aprovecharlos y los que no cumplan con los objetivos modificarlos.

 

¿Ya lograron limpiar el desastre de los padrones de beneficiarios?

 

Se ha ido haciendo un padrón único y ya se está compartiendo con los estados. La idea es que sean beneficiarios de programas complementarios, que no sean los mismos. En eso estamos trabajando porque necesitas coordinarte con los estados.

 

¿Cómo funciona Prospera?

 

El Presidente instruyó hacer una reingeniería del programa Oportunidades, hoy Prospera. Tenemos seis millones de familias que atendemos con tres componentes básicos: educación, salud y alimentación. Pero si les sigues dando el apoyo mensual, seguirán siendo pobres. En las dos anteriores administraciones, si tú eras beneficiario de Oportunidades no podías recibir otro apoyo y la gente ya no quería otros programas.

 

Hoy van a tener apoyos adicionales: el más importante es que de todas las dependencias de gobierno federal que tengan recurso en opciones productivas, el eje de beneficiarios van a ser las familias de Prospera para que esas familias también tengan su propio autoempleo, generen sus proyectos productivos, generen ingresos y tengan la posibilidad de pagar sus propios servicios. Si no, siempre van a estar en pobreza.

 

2015 es año electoral ¿cómo le van a hacer para distribuir los programas?

 

Hay elecciones en todo el país, lo primero que hicimos fue que el presidente del Instituto Nacional Electoral nos dio una capacitación a todos los funcionarios de la Secretaría. Hicimos un protocolo para saber qué hacer y qué no hacer, no sólo en el sector central sino en todas las delegaciones durante los comicios. La disposición es muy clara: 45 días antes de las votaciones, antes del 23 de abril se tienen que ejecutar todos los programas y hacer los pagos correspondientes porque 45 días previos a la elección no se podrá hacer ninguna reunión, ni entrega de pago en tarjetas para evitar un cuestionamiento por parte de los partidos políticos.

 

Los programas que se pagan bimestralmente vamos a adelantar los pagos para abril, cuando vamos a entregar el pago de cuatro meses. En comicios electorales no podemos hacer difusión de los programas federales para evitar que los partidos políticos cuestionen dicha actividad como proselitismo.

 

¿Cómo romper el cerco político en el DF, relacionado con la presencia de Rosario Robles como titular de la Sedesol?

 

A mí me tocó ser testigo en una reunión entre la secretaria y el jefe de Gobierno con varios delegados en la que ellos nos pedían que los programas sociales federales los operaran los delegados. La secretaria dijo que somos nosotros quienes teníamos que operarlos y propuso que se firmara el Convenio de Desarrollo Social, como el que se firma con todos los estados, donde haya mezcla de recursos de la Federación y los estados.

 

Así se intentó al inicio, lamentablemente no se consiguió y ahora lo que estamos haciendo es aplicar nuestros programas a través de la delegación de Sedesol y quienes se acercan y conocen las convocatorias, se inscriben y son los beneficiarios. Hay programas federales para los que no necesitas la colaboración de las delegaciones.