Las autoridades mexicanas confirmaron oficialmente mediante pruebas de ADN que los tres cadáveres encontrados en Matamoros dos semanas después de haber desaparecido eran de tres hermanos estadunidenses.

 

La fiscalía del estado informó el pasado viernes por la noche en un comunicado que resultaron positivos los exámenes de ADN que les fueron practicados a los hermanos Erica, Alex y José Ángel Alvarado Rivera, los tres estadunidenses fallecidos, por lo que sus familiares podrán recibir los cuerpos una vez que realicen los trámites y cubran los protocolos correspondientes.

 

El padre de los fallecidos ya había reconocido a sus hijos por fotografías que mostraban tatuajes y por la ropa que llevaban.

 

La fiscalía también informó que además de investigar a nueve elementos del Grupo Operativo Hércules, una unidad estratégica de seguridad con 40 agentes, se había citado a declarar a dos funcionarios, el director del grupo y Oficial Mayor del Ayuntamiento, Joe Mariano Vega Rodríguez, y el secretario de Seguridad Pública, Juan Sánchez Alvarado, quienes rindieron su testimonio el viernes.

 

Este departamento informó además que Raquel Rivera de Alvarado, madre de los tres hermanos, aún no se ha presentado a rendir declaración por lo que se le volverá a citar.

 

Los tres estadunidenses fueron hallados muertos a balazos el pasado 29 de octubre junto a un amigo mexicano, José Guadalupe Castañeda, más de dos semanas después de su desaparición.

 

Los padres de los hermanos dijeron que testigos reportaron haber visto que fueron secuestrados por hombres vestidos de policías que se identificaron como Hércules, una unidad estratégica de seguridad en Matamoros, una violenta ciudad fronteriza con Estados Unidos y muy golpeada por luchas entre cárteles del narcotráfico.

 

Este sería el tercer caso reciente de supuesto abuso y asesinato a manos de las fuerzas de seguridad mexicanas.

 

El país ya está convulsionado por el caso de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa,  Guerrero, cuya desaparición se atribuye a un alcalde y a una fuerza policial coludidos con un cártel de la droga. Hay 56 personas detenidas, incluidos decenas de agentes.

 

En otro caso en junio, soldados mataron a 22 presuntos miembros de pandillas en el Estado de México, y después alteraron la escena e intimidaron a testigos para ocultar el hecho de que la mayoría de los fallecidos fueron ejecutados después de que se habían rendido, afirmó la semana pasada un informe de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Tres soldados enfrentan cargos por asesinato.

 

“Se aplicará todo el peso de la ley y cero tolerancia”, dijo el gobernador del estado de Tamaulipas, Egidio Torre Cantú, al tiempo que lamentó la muerte de los tres estadunidenses y del mexicano.

 

GH