LAHORE. Un atacante suicida hizo estallar una bomba en los alrededores de un retén paramilitar paquistaní cerca de la frontera del país con India, causando la muerte de al menos a 54 personas, en el ataque más grave en el país en varios meses.

 

El ataque ocurrió cerca de un retén en el cruce fronterizo de Wagah, en las afueras de Lahore, poco después de finalizar una ceremonia de bajada de bandera, acto que realizan desde hace décadas los dos países al atardecer y que atrae a un gran número de espectadores, dijo el vocero de la Policía Bilal Lal.

 

El suicida, un joven de entre 18 y 22 años, detonó los explosivos que portaba entre el público que se dirigía al estacionamiento tras finalizar los actos, a unos 500 metros de la frontera, explicó Lal.

 

Los espectadores tienen que pasar dos puestos de control antes de acceder al recinto desde el que se sigue el espectáculo militar, pero la seguridad se relaja al finalizar la ceremonia.

 

Entre los fallecidos se encuentran diez mujeres y cinco niños, de acuerdo con Lal, quien añadió que es probable que aumente el número de muertos ante la gravedad de muchos de los heridos, 20 de ellos en situación crítica.

 

Ocho de los fallecidos pertenecen a la misma familia, según la prensa local.

 

Los heridos, entre los que hay 23 mujeres y 19 niños, fueron trasladados a tres hospitales cercanos, que están bajo vigilancia militar.

 

Las televisiones locales mostraron imágenes de tiendas y edificios destruidos por la explosión.

 

El grupo Jundullah, vinculado a Al Qaeda y responsable de un ataque que costó la vida a cien cristianos en una iglesia de la ciudad septentrional paquistaní de Pesháwar en 2013, reclamó la responsabilidad del ataque, de acuerdo con el diario The Express Tribune.

 

La organización Jamaat-ul-Ahrar, que se acaba de escindir del principal grupo talibán paquistaní, el Tehrik-e-Taliban Pakistan, también ha reclamado la responsabilidad, según el periódico Dawn.

 

Fuentes de la inteligencia paquistaní dijeron a la televisión Geo que había una alerta acerca de un posible ataque en el área.

 

En el paso fronterizo de la ciudad de Wagah, cercano a la ciudad de Lahore y la india de Amritsar, se celebra a diario una ceremonia militar que recuerda la rivalidad de los dos países.

 

Este es el único paso terrestre entre las dos potencias nucleares, que han librado tres guerras -dos de ellas por la región de Cachemira- y varios conflictos menores.

 

La ceremonia militar ha sobrevivido a los altibajos de la relación entre la India y Pakistán, pero los próximos tres días no se celebrará.

 

El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, ofreció sus condolencias a los familiares de los fallecidos, de acuerdo con Radio Pakistan.

 

El primer ministro indio, Narendra Modi, también reaccionó transmitiendo sus condolencias a los familiares de los fallecidos y ofreciendo plegarias por los heridos, al tiempo de expresar su conmoción por el ataque.

 

El país asiático sufre una insurgencia talibán y terrorista que causó el año pasado la muerte de d os mil 500 personas en mil 700 ataques.

 

El Ejército paquistaní comenzó el pasado 15 de junio una ofensiva militar en la región tribal de Waziristán del Norte, donde desplegó 30 mil soldados para tratar de acabar con los grupos insurgentes que se ocultan en la zona, operación en la que han muerto mil 100 insurgentes y 90 soldados.

 

Desde el comienzo de la ofensiva el número de ataques ha disminuido 30%, de acuerdo con el Instituto de Estudios de la Paz de Islamabad.