LITTLE ROCK. Los que se sentaron en algún momento reciente ante el televisor en Arkansas han tenido que soportar una ola de anuncios políticos, e incluso algunos pudieran alegar que estos últimos días de campaña electoral han sido una pesadilla.
“Hay tanta publicidad negativa de los políticos que ya no sé qué ideas defienden“, dijo Jason Mizell, quien votó anticipadamente el viernes en una biblioteca de Little Rock.
Y no fue sólo en Arkansas. En todo el país, en las primeras elecciones desde que ambos partidos se acogieron al nuevo mundo de financiación de campañas creado por decisiones de la Corte Suprema federal, los anuncios políticos en televisión en las últimas horas de la campaña versaron sobre cualquier cosa excepto política.
Se espera que el gasto total federal llegue a cuatro mil millones de dólares, un récord para elecciones legislativas. Donantes acaudalados han entregado millones a grupos externos, que en muchos casos representaron más de dos terceras partes del gasto en las contiendas cerradas.
En las 10 carreras más costosas por el Senado, nueve tienen a más de una decena de grupos ajenos al partido que están pagando los anuncios. En ocho de las 12 contiendas más caras, esos grupos gastaron más que los propios candidatos.
Por ejemplo, la carrera más costosa por el Senado en el país llegó a 108 millones de dólares el lunes. De esa cifra, 76 millones salieron de grupos que tratan de influir sobre la postulación a la reelección de la senadora demócrata Kay Hagan en Carolina del Norte, quien se enfrenta a Thom Tillis, republicano y presidente de la Cámara de Representantes estatal.
Como aquí en Arkansas, buena parte de ese dinero llegó en forma de anuncios de televisión que abrumaron a los electores.
“He visto la cantidad suficiente para el resto de mi vida”, dijo Bert Cole, un retirado de 74 años, quien votó anticipadamente en Jonesboro.
La costosa carrera en Arkansas entre el senador demócrata Mark Pryor y el representante republicano Tom Cotton, así como dos lizas cerradas en la cámara baja y la gobernación, llenaron tanto los programas de televisión en Little Rock el fin de semana pasado que, teóricamente, cada elector debe haber visto 34 anuncios políticos diarios.
Que Pryor mantenga su escaño es vital para las esperanzas demócratas de no perder el control del Senado. Si los republicanos ganan este escaño y otros cinco en otras partes del país, tendrán el control de la cámara alta por primera vez desde las elecciones de 2006.
Es por eso que el mayor comité de acción política demócrata, el llamado PAC de Mayoría en el Senado, ha gastado al menos 5,5 millones de dólares en la carrera en Arkansas. En general, el grupo, vinculado con el líder de la mayoría en la cámara alta, el demócrata Harry Reid, ha erogado 47,1 millones de dólares para tratar de mantener a los demócratas al frente de ese recinto legislativo.
La red American Crossroads y Crossroads GPS, respaldada por Karl Rove, ha gastado al menos 4,6 millones en Arkansas, parte del gasto de 46,7 millones que había reportado hasta el lunes por la tarde a la Comisión Federal Electoral.
En total, más de 500 grupos ajenos a los partidos han reportado al gobierno federal gastos desde Alaska hasta Florida.