BEIRUT. Un video del canal panárabe Al Aan TV muestra las negociaciones de los yihadistas del Estado Islámico para comprar y vender mujeres como esclavas sexuales.

 

 

Las víctimas son mujeres de la minoría yasidí y los diálogos están subtitulados en inglés. Según afirman los fundamentalistas, cada uno puede comprar una.

 

 

De acuerdo a la negociación, si la esclava tiene ojos azules o verdes, o es muy joven, el precio es más elevado, y si no tiene dientes puede que no valga la pena comprarla pues hay que pagarle una prótesis.

 

 

“Hoy es el día de distribución, si Dios quiere. Cada uno toma su parte”, explica quien parece el jefe del grupo de hombres pertenecientes al Estado Islámico, la agrupación de fanáticos ultraislámicos que avanzan en Siria e Irak.

 

 

“Espero encontrar una”, dice uno de los hombres, y riendo agrega: “¿Dónde está mi chica yasidí?”.

 

 

“¿Quién quiere vender la suya?”, pregunta otro. “Yo quiero vender”, agrega, y otro afirma “te pago tres cheques o una pistola”.

 

 

El EI ha decidido imponer un control de precios de venta de mujeres y botines de guerra y amenaza con ejecutar a cualquiera que no lo cumpla según informa en su portal Iraqi News. Las tarifas varían entre aproximadamente 40 y 170 dólares por persona dependiendo de su edad.

 

En concreto, se han establecido los siguientes precios: para una mujer de entre 40 y 50 años, 50 mil dinares (43 dólares); para una mujer de 30 a 40 años, 75 mil dinares (64 dólares); para una mujer entre 20 y 30 años, 100 mil dinares (86 dólares); para una niña de 10 a 20 años, 150 mil dinares (129 dólares), y, finalmente, 200 mil dinares (172 dólares) para una niña de 1 a 9 años.

 

Menores kurdos denuncian tortura

 

 

 

Los menores kurdos liberados por el EI, que los secuestró en mayo pasado, denunciaron que fueron torturados durante su cautiverio. La organización Human Rights Watch habló con cuatro de los 153 adolescentes, de entre 14 y 16 años, raptados por los yihadistas en el norte de Sria y puestos en libertad en los últimos meses. El último grupo de estos rehenes que quedaba en manos del EI fue liberado el 29 de octubre.

 

 

Los jóvenes eran estudiantes originarios de la población kurdo-siria de Kobane, en el norte del país, y regresaban a sus casas tras hacer los exámenes de fin de curso en la ciudad de Alepo, cuando fueron secuestrados por el EI.

 

 

Los cuatro menores, que pertenecen a una tanda de rehenes liberada en septiembre por los extremistas, afirmaron a HRW que durante el secuestro fueron golpeados de forma repetida con mangueras y cables eléctricos, y que los radicales les obligaron a ver vídeos de ataques del EI y decapitaciones.

 

 

Uno de los menores, de 15 años, interrogado por HRW, explicó que los alumnos que eran familiares de integrantes del Partido de la Unión Democrática (PYD ), el brazo político de las Unidades de Protección del Pueblo, unas milicias kurdo sirias que se han convertido en uno de los principales enemigos del EI. Según este adolescente, los secuestradores les golpeaban en las manos, espalda y planta del pie con cables eléctricos. De acuerdo a este testimonio, un menor que un día murmuró “Oh, madre” fue colgado con las manos y un pie atados a la espalda, porque “debería haber llamado a Dios” y no a su progenitora.

 

 

Los menores señalaron que en raras ocasiones fueron visitados por sus padres o recibieron llamadas telefónicas suyas, y tenían prohibido hablar en kurdo. El EI les forzaba también a rezar cinco veces al día y recibieron una formación religiosa intensiva. Los guardianes y los profesores de religión eran árabes sirios, así como nacionales de Jordania, Libia, Túnez y Arabia Saudí.

 

 

Boko Haram siembra miedo con fuerza bruta

 

 

LAGOS. El grupo terrorista Boko Haram declaró un califato islámico en la localidad de Mubi, en el noreste de Nigeria, donde cortó las manos a unas diez personas que incumplieron su interpretación de la ley islámica.

 

 

 

Los terroristas izaron su bandera e impusieron un califato islámico en Mubi, la segunda ciudad más poblada del estado de Adamawa, con 250 mil habitantes, que tienen bajo su control desde el pasado miércoles.

 

Según declararon algunos residentes, citados por el diario nigeriano The Punch, los terroristas cortaron las manos a diez residentes que fueron declarados culpables de diversos delitos, incluyendo el saqueo de la propiedad.

 

Centenares de personas ya han abandonado la zona por miedo a las represalias de los terroristas, que predican el Islam y reclutan yihadistas para su causa.

 

Ante la ola de asaltos a ciudades, el vicegobernador del estado de Borno, Alhaji Zanna Mustapha, advirtió de que los estados norteños de Adamawa, Borno y Yobe -bajo un estado de emergencia desde el pasado mayo- podrían ser invadidos por Boko Haram en cuestión de semanas a menos que el gobierno federal intensifique sus esfuerzos para detener a los terroristas.

 

Boko Haram, cuyo nombre significa en lenguas locales “la educación no islámica es pecado”, mantiene una sanguinaria campaña que ha causado más de tres mil muertes en lo que va de año, según datos del gobierno nigeriano.
AH