A los políticos parece importarles poco lo que está ocurriendo en el país: en Veracruz, el ex priista y ahora panista-calderonista Miguel Ángel Yunes Linares viola a su gusto las reglas del Instituto Nacional Electoral en materia de actos adelantados de precampaña para madrugar impulsando la candidatura de José Yunes Zorrilla a la gubernatura por el PRI.
La jugada es simple. Y muy al estilo de la picaresca de La Parroquía: Yunes Linares sería el candidato del PAN pero necesita en el PRI a un candidato débil y ahí entraría Yunes Zorrilla… con el apoyo de Yunes Linares.
En Veracruz, con una sucesión de gobernador que se votará hasta el 2016, el futurismo Yunes Linares ha hecho una mezcla de partidos y de grupos de interés que estarían llevando al PRI y al PAN a una situación similar a la de Iguala, Guerrero: biografías salpicadas de expedientes vinculados al crimen organizado.
Miguel Ángel Yunes Linares viene de tres vertientes políticas: el grupo político de Carlos Salinas de Gortari a través de su operador Patricio Chirinos Calero, quien fue un gobernador de papel porque el verdadero gobernante fue Yunes como secretario general de gobierno. En esos años las bandas criminales se instalaron en Veracruz.
Luego vinieron las tareas de Yunes en el sistema de seguridad pública durante el sexenio de Ernesto Zedillo, sobre todo en el control de las prisiones. Operadores de Yunes se vieron involucrados directamente en la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán de la prisión de Puente Grande. Esos mismos operadores aparecieron en Veracruz como funcionarios del ISSSTE durante la gestión de Yunes en el calderonismo.
Y la tercera línea se nutre del PAN, al que Yunes se articuló a través de su alianza con Elba Esther Gordillo. Yunes fue hecho candidato del PAN a la gubernatura en el 2010 por la vía directa de Felipe Calderón, Gordillo y Gustavo Madero.
Ahora Yunes aparece en Veracruz como representante político de todos los partidos: milita en el PAN pero mueve los hilos de poder en el PRI para imponer a José Yunes, hoy senador priista, como candidato a gobernador para una sucesión de madruguete. Ahí es donde los dos Yunes se burlan del INE y sus nuevas reglas de limitación de actos adelantados de precampaña.
Como visión tercermundista, en Veracruz podría darse una contienda arreglada entre dos Yunes, el primero por el PAN y el segundo por el PRI. En este escenario se debe leer el acto faraónico de José Yunes para presentar su informe de labores como un acto adelantado de campaña. Pero Yunes Zorrilla está en el juego de Yunes Linares.
Lo malo para Yunes-PAN y Yunes-PRI es que las dos direcciones nacionales de esos partidos podrían y deberían ser sancionadas por el INE por actos adelantados de precampaña; pero Yunes Linares se ha aprovechado que es operador de Madero y el PRI anda a la deriva con una dirección nacional más interesada en el reparto de candidaturas a diputados federales que por posicionar al partido del Presidente de la República en una situación de colapso político.
Y como la política en Veracruz está hecha de picaresca, resulta que dos enemigos jurados entre sí -Yunes Linares y el ex gobernador priista Fidel Herrera Beltrán- podrían aliarse contra el PRI en la construcción de la candidatura de Yunes Zorrilla; inclusive Herrera Beltrán pasando por encima del presidente nacional del PRI, César Camacho Quiroz.
Por lo demás, el INE de Lorenzo Córdova debería de atender más la violación de las reglas sobre precampañas adelantadas porque justamente esos actos adelantados podrían ser su novatada en la conducción del INE que no es más que una mala copia del IFE.
Pero mientras PRI, PAN e INE andan distraídos en el DF, en Veracruz Yunes Linares hace política violando los reglamentos electorales.
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