WASHINGTON. El presidente Barack Obama tuvo razón, lo mejor que podía hacer el día de ayer era no hablar de elecciones. Lo deseable para él era, por ejemplo, adentrarse al tema del ébola. Obama se reunió con su equipo de seguridad nacional y de salud pública para recibir información sobre la respuesta de su Gobierno a la enfermedad, tanto a nivel nacional como internacional.
Mientras eso sucedía la cuenta regresiva ya había sido detonada.
La cuenta mágica para que los republicanos acorralaran al presidente Obama en el Senado era 6. Tener 51 escaños de los 100 durante los próximos dos años representa la mayoría para cerrarle, absolutamente, el camino al presidente para, ahora sí, declararlo como pato cojo. Ni la Cámara de Representantes ni la de Senadores. Los últimos 24 meses del gobierno de Obama su gestión la hará en solitario.
La cuenta regresiva inició en Viginia Occidental. La republicana Shelley Moore Capito logró arrebatar el primer escaño en la Cámara Alta a los demócratas. La política republicana, de 60 años, marcó otro hito al convertirse en la primera mujer en representar a este estado en el Senado federal en más de medio siglo.
El segundo escaño arrebatado por los republicanos fue Arkansas. El republicano Tom Cotton venció al senador demócrata Mark Pryor.
Arkansas fue uno de los diez estados en los que se decidía quién controla el Senado, junto a Colorado, Carolina del Norte, Georgia, Luisiana, Alaska, Kansas, Iowa, Kentucky y Nuevo Hampshire.
Arkansas ha votado por un presidente republicano en cinco de las últimas siete elecciones; tiene un senador republicano y uno demócrata; sus cuatro representantes en la Cámara Baja son republicanos; dos de los últimos tres gobernadores han sido demócratas y el Legislativo estatal lo controlan los republicanos.
El tercer golpe de los republicanos ocurrió en Dakota del Sur. Mike Rounds venció al demócrata Rick Weiland. Dakota del Sur ha votado por un presidente republicano en las últimas siete elecciones.
Al pasar de las horas se supo que la Cámara de Representantes seguirá bajo el control republicano. La misma que echó abajo la ya famosa y cada vez más deseada, reforma migratoria.
Más de 120 escaños lograron mantener bajo su poder al cierre de las urnas en la costa este, con una temprana ventaja añadida a los buenos resultados que, sin duda, se esperan en los estados sureños. El Partido Republicano, que actualmente controla la Cámara Baja con 234 escaños, podría superar esta noche los 242 asientos que consiguieron en 2010 empujados por el Tea Party.
De Montana llegó el cuarto golpe. Amanda Curtis fue derrotada por Steve Daines. Eran poco más de las 21:30 horas de México y sólo faltaban dos. Montana votó por un presidente republicano en seis de las siete últimas elecciones; tiene dos senadores demócratas; su único representante en la Cámara Baja es republicano; dos de los últimos tres gobernadores han sido demócratas y el Legislativo lo controlan los republicanos.
Quinto episodio: Colorado. El republicano Cory Gardner deja tendido sobre la lona a Mark Udall. La carrera se decidió en 100 mil votos y representa una de las derrotas más dolorosas para los demócratas en un estado cuyos avances sociales, como la legalización de la mariguana hace un año, hacían pensar en una tendencia que les favorecía. Colorado es una muestra representativa de la polarización de Estados Unidos y está lleno de contradicciones. Es la sede de Boulder, una ciudad progresista y verde con una universidad budista pero también se encuentra Colorado Springs, bastión de la derecha cristiana.
Pocos minutos después de las 22:30 horas (tiempo de México) llegó la conclusión de la cuenta regresiva: Carolina del Norte. Thom Tillis venció a Kay Hagan quien aspiraba a su segunda legislatura.
La victoria de Tillis da a los republicanos los seis escaños que necesitaban para tener la mayoría en el Senado que comienza sus sesiones en enero.
Y así, el presidente Obama prefirió hablar del ébola y hoy, al levantarse, se encontrará como un presidente más solitario. Un tanto cojo. (Con información de EFE y AP)