WASHINGTON. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ratificó su promesa de reducir las deportaciones y mejorar la seguridad en la frontera con México para finales de año si se requiere con acciones ejecutivas.
El mandatario dijo que tomará medidas por su cuenta a pesar de los resultados electorales que dieron a los republicanos el control del Congreso.
Un día después de amplias victorias electorales republicanas, el presidente reconoció la gran victoria republicana en los comicios legislativos de este martes y aseguró haber escuchado el mensaje de los votantes, y también el de aquellos ciudadanos que prefirieron quedarse en casa.
“A todos lo que han votado, los he oído. Y a los casi dos tercios de estadunidenses que decidieron no votar, también los he escuchado”, dijo el mandatario estadunidense en una rueda de prensa convocada con motivo del resultado electoral.
En materia migratoria el presidente aseguró que prefiere que el asunto se solucione legislativamente, pero que ha mostrado paciencia y ha tratado de trabajar en colaboración con los dos partidos.
“He dicho consistentemente que es mi preferencia que el Congreso actúe en una Reforma Migratoria integral”, subrayó el mandatario estadunidense.
Afirmó que si el Congreso toma medidas, él no actuará por su cuenta, pero los republicanos afirman que cualquier medida ejecutiva del presidente envenenará las relaciones con la Casa Blanca.
“Podemos aprobar esto en la Cámara tenemos suficientes votos” sobre inmigración, dijo.
El mandatario provocó indignación entre los hispanos y los grupos defensores de los derechos de los inmigrantes cuando demoró cualquier medida ejecutiva hasta después de las elecciones del martes. Es probable que cualquier medida que Obama tome reduzca el número de deportaciones y otorgue permiso de trabajo a millones de personas que viven sin autorización en Estados Unidos.
Promete coordinarse con republicanos
El presidente Barack Obama y el nuevo líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, se comprometieron a buscar que el gobierno opere como una fuerza para el bien en lugar de estar estancado, aunque también advirtieron que podrían recurrir al veto.
“No hay duda de que los republicanos tuvieron una buena noche”, reconoció el presidente en la Casa Blanca, refiriéndose a los avances que le dieron a ese partido el control del Senado, una mayoría aún más grande en la Cámara de Representantes y algunas gobernaciones que solían estar en manos demócratas.
A los electores que les dieron a los republicanos el control del Congreso, el mandatario les dijo: “Los escucho… es hora de que trabajemos” en las labores pendientes. Mencionó la construcción de carreteras, puentes y otras instalaciones como un área donde hay muchas posibilidades de cooperación entre ambos partidos, así como en el comercio.
Pero al mismo tiempo, advirtió: “El Congreso aprobará algunos proyectos de ley que yo no puedo firmar. Y estoy bastante seguro que tomaré algunas acciones que no serán del agrado de algunos en el Congreso”.
Obama y McConnell presentaron perfiles de acción distintos en conferencias de prensa efectuadas con un margen de diferencia de aproximadamente una hora.
Ahora el presidente de 53 años enfrenta a un Congreso en el que las dos cámaras están bajo control republicano por primera vez desde que él llegó a la Casa Blanca, y un estatus de mandatario saliente que pesa más sobre su poder político con cada día que pasa.
McConnell, de 72 años y conocido por taciturno, sonrió y bromeó con los periodistas un día después de que logró una aspiración de toda la vida. DM