El 21 de enero de 2013, José Luis Abarca, en uno de sus primeros actos públicos como alcalde de Iguala, reconoció que el crimen organizado era un enemigo al que había que combatir, pero pidió a los ciudadanos “no tomar las armas ni hacerlo por su cuenta”, pues para ello están las fuerzas federales y en especial el 27 Batallón de Infantería, declaró.
Durante su primer año de gobierno (y el único que completó como alcalde de Iguala antes de pedir licencia por la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa), Abarca encabezó por lo menos cinco eventos donde apareció codo a codo con el entonces comandante del referido batallón, el coronel Juan Antonio Aranda Flores.
“No es raro que como presidente municipal estuviera cerca de la unidad del Ejército de la zona, pero no es un secreto tampoco que en círculo íntimos Abarca presumía haberse ganado la lealtad de los militares desde que era candidato, a diferencia de la mayoría de los alcaldes que tienen poco contacto con el Ejército”, señaló a 24 HORAS un funcionario del gabinete de seguridad.
La noche del pasado 26 de septiembre, fecha en que según las investigaciones oficiales la policía de Iguala atacó por órdenes de Abarca a estudiantes normalistas de Ayotzinapa, los soldados del 27 Batallón de Infantería también fueron movilizados.
No obstante, según las versiones de padres de las víctimas, los soldados no salieron a la calle para buscar a los responsables sino por el contrario, para cercar la zona y agredir a los normalistas de Ayotzinapa que intentaban escapar o pedir auxilio.
“Lo que pasa es que nosotros nos enteramos al último”, se excusó coronel José Rodríguez Pérez, quien relevó este año a Aranda en la comandancia del referido Batallón, cuyo búnker se encuentra en pleno centro de Iguala, a menos de cinco minutos del sitio donde ocurrió el ataque.
Polémico historial
El 27 Batallón de Infantería es una unidad que históricamente ha estado envuelta en la polémica, aunque en los altos mandos castrenses es valorada por su eficacia en operaciones de contra insurgencia y el combate a los movimientos guerrilleros.
El blog especializado en temas de Defensa Nacional “Estado Mayor”, documentó que fue este batallón uno de los primeros en participar en las operaciones donde se utilizó el método denominado “aldea vietnamita” durante el periodo de la “guerra sucia” en la década de los 70.
Comandados en aquel entonces por el coronel Alfredo Cassani Mariña, los soldados del 27 Batallón desalojaban pueblos guerrerenses enteros que presumiblemente apoyaban al maestro normalista de Ayotzinapa y líder guerrillero Lucio Cabañas, los cuales eran luego bombardeados por la fuerza aérea.
La participación de este batallón en ese tipo de labores de contrainsurgencia fue documentada por la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femosp) de la PGR.
Durante las décadas siguientes el batallón continuó participando en operaciones contra escisiones de movimientos guerrilleros, sin que cesaran los señalamientos de su participación en graves violaciones a derechos humanos, que incluían incluso fusilamientos de campesinos.
A principio de la década de los 80, el general Javier Escobedo Corvera, quien años antes había comandado al 27 Batallón de Infantería, se suicidó frente a la tumba de su padre. Se presume que se quitó la vida arrepentido por las atrocidades que encabezó al frente del batallón, relata Estado Mayor.
En 2012 el mando del 27 Batallón de infantería pasó a manos del coronel Juan Antonio Aranda Flores, quien se mantuvo al frente del mismo hasta principios de este año y con quien Abarca presumía tener una estrecha colaboración.
Aranda Flores tenía formación en Fuerzas Especiales, en inteligencia y contrainteligencia, y estuvo asignado antes a Nuevo Laredo, una zona aquejada también por la delincuencia.
No obstante durante la comandancia de Aranda el poder del crimen organizado se acentuó en la región y grupos como Guerreros Unidos continuaron operando y asesinando, como lo evidencia el hallazgo de numerosas fosas clandestinas en el territorio cuya vigilancia corresponde al batallón.
Exigen investigación
En los últimos días, varios actores políticos y sociales han exigido que se investigue la actuación del 27 Batallón de Infantería en los hechos ocurridos el pasado 26 de septiembre.
José Antonio Ortega, presidente del Consejo Ciudadano, quien ha sido uno de los organismos que han apoyado la labor del ejército en tareas de seguridad pública, sostuvo que es urgente que se investigue porqué el pelotón militar no hizo nada para frenar a los responsables del ataque o para perseguirlos.
“Los mandos y tropas del 27 Batallón de Infantería incurrieron en inexplicables omisiones el 26 de septiembre porque desde el inicio de los sucesos de esa fecha estaban entrados y movilizados en las calles y caminos y no hicieron nada para impedir que se consumaran las agresiones (…) hay que esclarecer si fallaron por negligencia o dejaron actuar de forma voluntaria a los agresores”, dijo Ortega.
Ayer en el cerco que activistas impusieron frente a la PGR uno de los principales reclamos fue que se investigue la actuación del Ejército en estos hechos.
En el último mes grupos guerrilleros como el EPR o el ERPI, han sostenido en varios comunicados que el 27 Batallón de Infantería tendría responsabilidad en la desaparición de los estudiantes normalistas y que incluso integrantes del mismo pudieron haber participado en la agresión.
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