El procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, reconoció ayer que no hay fecha definida para obtener los resultados científicos que permitan corroborar si la identidad de las cenizas y restos humanos hallados en el basurero municipal de Cocula y en el Río San Juan coinciden con los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, Guerrero, hoy hace 43 días.
Aseguró que debido al alto grado de calcinación que presentan los restos hallados, producto de indagatorias realizadas tras declaraciones de tres nuevos detenidos en el caso, son expertos de la Universidad de Innsbruck ,en Austria, con quienes el gobierno de México está trabajando para realizar estudios mitocondriales a los restos encontrados.
“No agotaremos esfuerzos, no los escatimaremos hasta agotar todas las posibilidades científicas y técnicas”, y agregó que tanto los forenses de la PGR como los expertos argentinos, que colaboran en el caso, continuarán sus trabajos.
En conferencia de prensa, dijo que aún no hay una certeza con bases científicas para establecer que los restos calcinados encontrados en el tiradero de Cocula y en el Río San Juan, pertenezcan a los estudiantes secuestrados.
“Para avanzar en la eventual identificación de estos restos humanos, los equipos forenses han recomendado que los estudios se realicen en los laboratorios más altamente especializados del mundo. Luego de varias videoconferencias y llamadas a distintos laboratorios, se acordó realizar estudios denominados mitocondriales. Los equipos periciales coincidieron que el mejor lugar para practicar estos estudios sería la Universidad de Innsbruck en Austria.
“Al solicitar a los expertos internacionales la determinación de tiempo que llevaran estos estudios, complicados por la extrema calcinación de los restos, nos han señalado que no se puede especificar una fecha definida para la entrega de sus resultados, dijo Murillo Karam.
Por ello, la investigación no está cerrada y continuarán realizando las diligencias correspondientes, y los estudiantes seguirán en calidad de desaparecidos mientras se cumple con los protocolos internacionales de necropsia para la identificación de los restos hallados.
“La investigación queda abierta hasta agotar todas las posibilidades de identificar los restos humanos encontrados en la barranca y en las bolsas del río San Juan, mientras tanto se seguirá considerando como desaparecidos a los estudiantes de Ayotzinapa para efectos de la investigación”, dijo el procurador.
Detalló que con base a las investigaciones, mecánica de hechos, y análisis de criminalística, y versiones de tres detenidos, está seguro que en el tiradero de Cocula hubo un homicidio masivo, pero no hay elementos científicamente sustentables para asegurar que el crimen fue en contra de los 43 normalistas de la Escuela Rural de Ayotzinapa, Isidro Burgos.
La localización de los restos, y la reconstrucción de los hechos se realizó con base en la declaración de tres sujetos, presuntamente halcones de Guerreros Unidos: Patricio Reyes Landa, alias El Pato; Jonathan Osorio Gómez, alias El Jona, y Agustín García Reyes, alias El Chereje, quienes confesaron haber participado en el homicidio de los estudiantes que les fueron entregados por policías municipales de Iguala y Cocula, algunos de ellos, al menos 15, ya iban sin vida.
El funcionario detalló que los detenidos describieron la ruta por la cual llevaron a las personas plagiadas en dos camionetas, posteriormente a los sobrevivientes los asesinaron después de interrogarlos sobre sus presencia en Iguala.
Posteriormente, según la narración, arrojaron 
los cuerpos a la cañada e hicieron una fogata para calcinarlos al igual que sus ropas, hoguera que mantuvieron viva por más de 15 horas para que los cadáveres se consumieran.
“Los detenidos señalan que en ese lugar privaron de la vida a los sobrevivientes y posteriormente los arrojaron a la parte baja del basurero, donde quemaron los cuerpos; hicieron guardias y relevos para asegurar que el fuego durara horas, arrojándole diesel, gasolina, llantas, leña, plástico, entre otros elementos que se encontraron en el paraje.
“El fuego, según declaraciones, duró desde la media noche hasta aproximadamente las 14 horas del día siguiente, según uno de los detenidos y otro dice que hasta las 15 horas del día 27 de septiembre”, narró el procurador.
Posteriormente, esperaron a que se enfriara el terreno donde se ubica el tiradero, para recoger los restos óseos que quedaron y los metieron en seis bolsas negras, que arrojaron al río San Juan, de las cuales recuperaron una íntegramente.
En ella, encontraron restos óseos completamente calcinados, los cuales tomaron de muestra para hacer los análisis periciales por parte de los expertos argentinos, pero fue difícil obtener pruebas genéticas del ADN para establecer la identidad acertadamente.
“Continuando en el relato de los hechos, los detenidos declaran que cuando bajan al lugar donde se habían arrojado y quemado los cuerpos, recibieron la orden de quien apodan El Terco, de fracturar los restos de los huesos calcinados para ser depositados en bolsas de basura negras. Según sus declaraciones, estas bolsas fueron vaciadas en el río San Juan, salvo dos que uno de los declarantes dice haber arrojado completas”, continuó el funcionario.
Ante dicha imposibilidad, y antes de asegurar legalmente que los restos calcinados pertenecen a los 43 estudiantes, establecieron contacto con varias instituciones científicas que los pudieran ayudar a identificar a las víctimas, y la Universidad de Innsbruck es la que cuenta con los avances técnicos para los análisis mitocondriales que se requieren.
“ …de lo que sí tengo seguridad de que ahí hubo un homicidio de mucha gente, las declaraciones de ellos (los detenidos), las corroboraciones de los peritos, lo que se encontró en cada uno de los lugares, la certeza después del lugar donde se tiraron las bolsas, la declaración primaria donde nos dice que la mayoría las abrieron y que sólo dos las encontraron completas, la certeza con la que hablan, no tengo ninguna duda de que ahí hubo un homicidio masivo.. que tengo que hacer ante esa certeza tengo que identificar.., tengo que hacer todo lo que sea posible”.
Aún falta por detener a Gildardo López Astudillo, lugarteniente de Sidronio Casarrubias, y quien le comunicó erróneamente a su jefe que los jóvenes pertenecían a un grupo antagonista, y por ello, ordenó su desaparición para defender su territorio.
“El hoy detenido, Sidronio Casarrubias Salgado, líder de ese grupo criminal, como lo refiere en su declaración, fue contactado por su lugarteniente de nombre Gildardo López Astudillo, conocido como “El Gil”, quien le informó vía mensaje celular, los conflictos que se estaban suscitando en Iguala, atribuyéndoselos al grupo delictivo contrario. Casarrubias Salgado fue quien avaló las acciones para, entre comillas, defender su territorio”.
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