Probadita de Liguilla y nada mejor que el infierno para atestiguarlo. Toluca y América se plantaron en la Bombonera para escenificar una muestra de lo que puede esperarse en la cercana fiesta grande del futbol mexicano. Un duelo cargado de volteretas y emociones que al final no arrojó un ganador, porque al diablo no le alcanzó y el águila nunca se rindió. El ganador con el 2-2 fue la afición que colmó el estadio mexiquense.

 

El acierto de los Diablos: esa hambre por ir al frente, por entregarse en cada pelota, por despertar apenas unos minutos después de que Oribe Peralta había puesto adelante a los capitalinos a servicio de Rubens Sambueza, quien luego saldría lesionado del cotejo. Toluca demostró que está a punto para la fiesta, porque, después de que empató el cotejo, siguió apretando hasta ponerse al frente, porque Pablo Velázquez no perdonó en la pena máxima del empate y menos sobre el minuto 63, cuando mandó a los rojos al frente en el tanteador, lo que permitió, al menos por unos minutos, que los de casa saborearan el primer lugar del campeonato.

 

Lo mejor para los emplumados: la autoridad mostrada para defender el superliderato ante un cuadro de jerarquía probada, en una cancha brava, hostil; pero sobre todo, que cuando la Liguilla está a la vuelta de la esquina despertó Oribe Peralta, criticado durante la semana por su ausencia en la Selección Nacional. Ayer, volvió a ser Oribe, volvió a soltarse el cabello, a mirarse al espejo para descubrirse como El Hermoso, el que abrió el camino al minuto 18 y el que lo empató cuando parecía que las Águilas por primera vez en el certamen ya no estarían colgados de la punta.

 

Después de un cotejo de preludio de Liguilla,  José Saturnino Cardozo, en el banquillo rojo, fue incapaz de escatimarle méritos a los amarillos que los complicaron: “Me parece que América jugó muy bien y nosotros no supimos leer el juego. Perdimos la pelota y, cuando no se tiene y nos metemos atrás, es difícil tener el control del juego”.

 

El capitán  escarlata, Paulo da Silva reconoció el trabajo de ambos equipos: “Fue un gran esfuerzo.  Fue un gran espectáculo. Los dos equipos demostramos ser grandes rivales y hay que felicitar a la gente que hizo un gran espectáculo también”.

 

Y la sentencia de Oribe Peralta: “Es el América que van a ver en la Liguilla: siempre pelando hasta el final y luchando por cada una de las pelotas”. Mientras que el técnico americanista, Antonio Mohamed,  aseguró: ” Creo que el equipo no merecía perder y por eso el festejo y aparte porque queremos quedar en el primer lugar”.

 

Digno preludio de la fiesta grande que se viene en la Bombonera roja. Con un América agarrando como nunca al liderato y un Toluca en plan diablo, como sólo Cardozo nos tiene acostumbrados.