Alternativas y variantes, jugadores hechos y jóvenes pujantes, opciones tan destacadas como promisorias para casi cada posición.
El momento actual del Tricolor me recuerda tanto al que se vivía al cierre de 2012, que lo mejor es ser recatados y esperar a ver cómo se desempeña este cuadro en su primer simulacro serio desde que concluyó Brasil 2014: estadio adverso, condiciones de genuino visitante y ante una gran selección (esa misma que nos arrebató al minuto 88 el quinto partido que, pensábamos, por fin nos pertenecía).
Holanda es este miércoles favorita, tal como en Fortaleza en aquel tristísimo 29 de junio y más allá de su difícil arranque en la euro-eliminatoria (tanto que el seleccionador Guus Hiddink ha adelantado su renuncia en caso de caer a manos de Letonia el domingo).
Los oranje tienen otro tipo de plantel, disponen de mayores figuras, cuentan con una infraestructura de generación de talentos que no más de cinco países pueden presumir, además de un concepto abstracto fuera de la cancha y más que tangible dentro de ella: cartel. Son un grande…, de hecho, el único grande que nunca ha sido campeón mundial y mucho más grande que algunos que ya lo han conseguido.
Pero hablaba del Tricolor que llega a Ámsterdam para esta cita. Lo llamativo es, sin duda, el regreso de Carlos Vela, precisamente tras haber jugado por nota frente al Atlético de Madrid. Aunque no sólo es él. En un futbol que históricamente llora la carencia de gol, hay otros tres elementos con diferentes roles en esa misma liga española: Gio Dos Santos, máximo referente ofensivo de un buen Villarreal; Javier Hernández, aprovechando con goles los pocos minutos que tiene para actuar con Real Madrid; y Raúl Alonso Jiménez, a quien le está costando mucho trabajo meterse en la inercia del balompié ibérico y ganarse a la afición del Atlético de Madrid.
Además, un muchacho como Jesús Tecatito Corona, quien dejó nuestro país muy joven, por entonces sobrado en futbol pero nulo en disciplina. En cuanto ha entendido que sin responsabilidad el talento no basta, brilla y mucho en el certamen holandés. Profundo, rápido, resolutivo, desequilibrante, es el tipo de elemento con capacidad para desatascar partidos.
En la media es de esperarse que se reencuentren los tres que tan bien lo hicieron en Brasil 2014: José Juan Vázquez, Andrés Guardado y Héctor Miguel Herrera. No obstante, atención con otro esperado regreso: Jonathan Dos Santos, por fin activo tras muchos años de suplencia (o aprendizaje, según como se vea) en el Barcelona. Con evidente ADN blaugrana, Jona es orden, distribución, tiempismo.
Atrás es donde mayores ajustes ha tenido que hacer el Piojo Herrera, con su tercia mundialista totalmente renovada. Héctor Moreno sigue en rehabilitación, al tiempo que Rafael Márquez no será considerado hasta 2015 y Maza Rodríguez está lejísimos de su mejor nivel. Diego Reyes, a quien yo visualizaba como titular en Brasil, tiene que asumir de una vez por todas su rol como líder de esa zaga, más allá de que en Oporto no ha logrado ganarse un sitio.
Como complemento, la portería, que en México ofrece amplias garantías. Memo Ochoa es un seguro al igual que Alfredo Talavera (o Jesús Corona si estuviera).
Opciones, alternativas, recursos…, que de nada sirven si no prueban su valía en las grandes ocasiones como la de éste miércoles. ¿Amistoso? ¿Apenas un par de entrenamientos juntos? ¿Falta de trabajo colectivo? Si de verdad esta generación da para más, ha de evidenciarlo desde ya, contra todo y contra todos.