Puede ser que no hayan oído hablar de Snapchat o del “sexting”. Pero si en su vida hay adolescentes, puedes apostar a que ellos sí saben de qué hablamos.
Snapchat es una aplicación móvil que permite que los usuarios envíen imágenes o videos que se esfuman en el tiempo que se tarda en leer un tuit, es decir, 10 segundos. Pero esta app, que procesa más de 30 millones de mensajes al día, también es conocida por el sexting o el envío de contenidos eróticos, incluso pornográficos. Aunque no fue creada con este objetivo, es una práctica cada vez más habitual entre jóvenes mexicanos que puede crear situaciones peligrosas.
Práctica de alto riesgo
Un ejercicio que realizó 24 HORAS en Snapchat lo llevó a recibir respuesta de fotos con desnudos de al menos tres jóvenes de entre 10 personas que fueron elegidas al azar de ambos sexos para iniciar una conversación. Las imágenes se recibieron con apenas 10 minutos de iniciada la conversación.
“Hola, guapo. ¿Cómo te llamas?”, fue el primer mensaje de una de las jóvenes. La chica, de 18 años, dijo usar la aplicación para conocer amigos. En su foto de perfil se mostraba de espaldas, aparentemente en sostén y volteando a la cámara.
Las fotografías eran cada vez más provocativas, en un principio, y muy explícitas, al final. Se le preguntó si le preocupaba el destino de las fotos. “No, porque se borran luego, luego”, aseguró.
Según el psicólogo y profesor en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM, Francisco Pallares Campos, se trata de una práctica de alto riesgo. La fotografía de un desnudo puede ser una broma inocente, salvo que quien la reciba decida utilizarla con fines maliciosos. El usuario puede enfadarse con el novio o novia, por ejemplo, meses después y publicar esas fotos en las redes sociales. O también puede obedecer a algún tipo de chantaje o amenaza de algún desconocido.
Revenge Porn
Entre los riesgos del sexting está el “revenge porn”, que consiste en robar y compartir las imágenes que se difunden en Snapchat. En el mercado hay herramientas gratuitas que permiten esta práctica, las cuales incluso fueron utilizadas en octubre pasado por piratas cibernéticos para robar más de 200 mil imágenes de Snapchat.
Sofía, una mujer de 24 años, originaria de Iztapalapa, fue víctima del “revenge porn” por parte de su entonces esposo. “En un perfil de Facebook que se llamaba “Te lo advertí” estaban publicadas cada una de las fotos que le había mandado a mi esposo, incluso un fragmento de un video que hicimos juntos”, relata. “No me atreví a denunciarlo por estar avergonzada”.
¿Por qué lo hacen?
Entre los aspectos psicológicos que orillan a que alguien se tome fotografías de desnudos o eróticas, explica Pallares Campos, “es por buscar una aceptación, por halagar a su pareja o a alguien que le interese”. Los jóvenes, agregó, no asocian el “sexting” con una conducta de riesgo, es más un indicador “normal” de la actividad sexual.
Piensa antes de publicar
En México, no se ha legislado sobre el tema a nivel federal, sólo en Nuevo León fue aprobada una ley contra el ciberacoso el 31 de mayo del 2013, en la que se castiga como máximo con cinco años de prisión.
A nivel mundial existe un movimiento llamado #ThinkBeforeYouPost (en español, “piensa antes de publicar”), que se traduce “piensa antes de publicar”; se trata de crear conciencia en los jóvenes sobre la importancia de tomarte unos minutos y reflexionar sobre qué pasa si lo que estás subiendo cae en otras manos.