A propósito del discurso del secretario de la Defensa Nacional el lunes pasado, quien dijo entre otras cosas que “la indolencia, la insensibilidad, el silencio, la violencia desmedida y la complicidad obstruyen y limitan la verdadera esencia de la justicia…” Y que “el rumor, la intriga, la deslealtad corroen cimientos, mancillan convicciones, frenan el potencial que tiene el país y debilitan las instituciones…” los observadores políticos se han dado a la tarea de analizar los significados de esas y otras palabras.

 

Y lo primero que descubrieron fue que el general Salvador Cienfuegos Zepeda se refirió, aparentemente, sólo a las funciones y la imagen del Ejército, pero en el fondo habló de algo más grave y urgente: la responsabilidad del Estado en el uso de la fuerza pública. Y abundan los observadores:

 

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Existe una mala conciencia en los gobernantes actuales, surgida de negativas experiencias históricas, que les impide utilizar a los cuerpos militares y policiacos en tareas relacionadas con el mantenimiento de la seguridad y el orden público, cuando se trata de manifestaciones callejeras que encubren o promueven actos de vandalismo como las que hemos presenciado.

 

El recuerdo imborrable de la brutal represión acostumbrada por los regímenes del viejo PRI del siglo XX, y que tuvo su peor expresión el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco durante el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), provocó que los sucesores de aquel presidente de ingrata memoria hayan transitado paulatinamente a una conducta permisiva.

 

Los grupos ostentan en la actualidad diversas etiquetas, desde anarco-punks -que aparecieron en el escenario el 1 de diciembre de 2012-, hasta los “compañeros de viaje”, que se aglutinan alrededor de las justificadas protestas de los padres y madres de familia por la abominable matanza de los jóvenes estudiantes normalistas de Ayotzinapa, pasando por los miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, los macheteros de Atenco, los ex-trabajadores del Sindicato Mexicano de Esparcistas… perdón, Electricistas, y uno que otro líder “morenista”.

 

Una cosa es el derecho constitucional de manifestación para expresar los desacuerdos y las protestas ciudadanas frente a las acciones del régimen en turno, y otra muy distinta el uso de ese derecho para violentar a las masas.

 

El uso legítimo de la fuerza pública a cargo del Estado, con el propósito legal de garantizar la convivencia segura y pacífica de la sociedad, parece cosa del pasado remoto, porque los neopriistas del siglo XXI que gobiernan la Federación -y también los panistas y perredistas en algunas entidades- están invadidos de pánico escénico o padecen una extraña parálisis de la voluntad, y han optado por dejar hacer y dejar pasar todo tipo de tropelías.

 

Con pleno respeto a los derechos humanos y a las garantías constitucionales, es posible y necesario que los gobiernos cumplan a fondo una de sus funciones primordiales: El mantenimiento de la paz social. Y a querer o no, tendrá que llegar la hora en que la autoridad retome esa responsabilidad.

 

Nadie pretende, aclaran y concluyen los observadores, el regreso a la represión de la dictadura perfecta, pero tampoco es aceptable que nuestra actual democracia imperfecta se cruce de brazos frente a los violentos.

 

AGENDA PREVIA

 

Aunque muchos lo duden, la creación de empleos formales en México sigue creciendo. Según cifras del IMSS, en lo que va de 2014 se han generado -hasta el cierre de octubre- 827 mil 166 mil nuevas plazas. En el mismo periodo del año pasado la cifra no llegaba a las 600 mil. Más aún, en el pasado mes de octubre se alcanzó un incremento de de 172 mil 134 plazas que es la cantidad mensual más alta desde que se tiene registro.

 

Si la creación de empleos sigue creciendo al mismo ritmo, o un poquito menos, es casi seguro que al cierre del año se llegue a la meta de un millón de nuevos empleos. ¡Y eso que Enrique Peña Nieto no se autonombró “el presidente del empleo”!

 

Ahora es la jefa de Comunicación de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicios y Departamentales, quien considera pertinente precisar que “todos los Asociados de ANTAD incluyendo Wal-Mart, conocieron, analizaron y aprobaron el Convenio de Prácticas Comerciales firmado el pasado 4 de noviembre con el secretario de Economía”, el cual comentamos en este espacio el pasado 6 de noviembre. ¡Como que se tardaron un poquito en la precisión!