WASHINGTON. La Casa Blanca pondrá en marcha en diciembre un programa para otorgar refugio o admitir condicionalmente a menores de 21 años de Guatemala, Honduras y El Salvador que vivan en sus países y cuyos padres residan legalmente en Estados Unidos.

 

Los padres residentes de manera legal con visado, residencia permanente, con permiso temporal para residir y trabajar (TPS) o beneficiados con la suspensión temporal de deportaciones podrán solicitar de manera gratuita a las autoridades que su hijo reciba el estatus de refugiado.

 

El programa beneficiará solamente a los menores que se encuentren en esos tres países y no a aquellos que llegaron a Estados Unidos de manera irregular.

 

El vicepresidente Joe Biden formuló el anuncio en el Banco Interamericano de Desarrollo, donde los mandatarios de las tres naciones centroamericanas le presentaron el viernes un plan para reducir el flujo de niños que emigran de manera irregular al norte.

 

“Nunca olviden que, en definitiva, lo que hacemos lo hacemos por dignidad”, dijo Biden. “Lo que pasa en América Central nos importa a los Estados Unidos. Estamos comprometidos en vuestro futuro”.

 

Funcionarios del gobierno estadounidense que solicitaron el anonimato para hablar del programa antes de su anuncio formal, dijeron que aquellos niños considerados legalmente como refugiados podrán trabajar legalmente de inmediato, optar al año siguiente a una residencia permanente y cinco años después a la naturalización.

 

El Departamento de Estado publicó en su página de internet que los menores centroamericanos con los debidos requisitos serán parte del cupo de 4.000 personas procedentes de Latinoamérica a los que Estados Unidos otorgará estatus de refugiados durante el año fiscal en curso que comenzó el 1 de octubre. Agregó que inicialmente esperan recibir escasas solicitudes.

 

El cupo anual de refugiados latinoamericanos actualmente está destinado a cubanos y colombianos.

 

Decenas de miles de menores no acompañados fueron detenidos tras ingresar sin autorización a territorio estadounidense en el último año, según la Policía de Aduanas y Protección Fronteriza. La mayoría procedía de Honduras, Guatemala y El Salvador.

 

El programa administrativo, que no requiere la participación de jueces, comienza cuando el padre residente acude a las oficinas del programa estadounidense para reasentamiento de refugiados.

 

El menor es contactado en su país de origen por la Organización Internacional de Migraciones antes de que el Departamento de Seguridad Nacional lo entreviste para evaluarlo.

 

El programa, operado por el Departamento de Estado, paga el viaje del menor a Estados Unidos para reunirse con su padre.

 

Los solicitantes que no reciben el estatus de refugiado pueden ser admitidos condicionalmente bajo una figura legal que no les otorga un estatus migratorio de manera permanente pero les permite trabajar en Estados Unidos en forma temporal.

 

No se informó cuánto tiempo podría durar el trámite para la obtención del refugio.

 

Los funcionarios estadounidenses dijeron a AP que la cooperación estadounidense hacia América Central se ubicará en 600 millones de dólares durante el año fiscal en curso.

 

Los centroamericanos han rehusado precisar el costo en dólares de su plan, que busca enfocarse en las comunidades desde donde se origina el mayor flujo migratorio ilegal hacia Estados Unidos.

MG