BRISBANE, Australia. El clamor por la tragedia de los 43 normalistas desaparecidos llegó hasta la cumbre del G20 en la ciudad de Brisbane, donde centenares de ciudadanos se manifestaron además por la desigualdad, el cambio climático y los derechos de los aborígenes y refugiados, entre otros.
Coincidiendo con la inauguración de la cumbre de líderes el G20, que bajo la presidencia australiana busca impulsar el crecimiento mundial y el empleo, diversas organizaciones se congregaron en la plaza Roma de la ciudad para participar en “La marcha de los pueblos”.
Una pequeña delegación que portaba banderas mexicanas con el número 43 escrito en medio protestó por la presencia del presidente de ese país, Enrique Peña Nieto, en la cumbre, mientras sigue la incertidumbre sobre el destino de los estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos hace siete semanas.
Las investigaciones señalan que la noche del 26 de septiembre policías locales detuvieron a los jóvenes tras unos ataques a tiros ordenados por el entonces alcalde de Iguala, José Luis Abarca, en los que murieron seis personas, y los entregaron a miembros del grupo criminal, cuyo líder ordenó acabar con ellos.
“¿Qué hace Peña Nieto aquí?, debe estar en México resolviendo la violencia. No debe estar viajando por China o Australia sino en casa buscando la resolución” de la presunta muerte de los 43 estudiantes en Iguala, dijo a Efe Sean Cleary del Centro Edmund Rice.
Peña Nieto acortó su gira, que lo llevó hasta Pekín esta semana para participar en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), para reducir su participación en un solo día en la reunión del G20 que termina mañana.
Por su lado, Maritza Palacio, de la Asociación de Solidaridad con Latinoamérica, comentó a EFE que acudió a la manifestación para “protestar por el asesinato de esos 43 muchachos” y también para pedir justicia por los feminicidios cometidos en México.
Pero esta marcha popular también quiere decirle a los líderes mundiales que los ciudadanos esperan algo mejor de esta cumbre, que no ha incluido asuntos claves como el cambio climático o la lucha contra la desigualdad en el mundo.
“Esta cumbre del G20 no nos atañe mientras siga ignorando la desigualdad de género, la justicia social y el cambio climático. No resolverá los problemas mientras siga enterrando su cabeza en la arena ante los verdaderos problemas de nuestro tiempo”, dijo la senadora del Partido Verde por el estado australiano de Queensland, Larisa Waters.
Los manifestantes se congregaron en una jornada calurosa, algunos de ellos ataviados con trajes de ángeles y con pancartas en las que se leía “la energía solar y eólica es divina” o con mensajes contra la energía nuclear.
Entre las diversas reivindicaciones también estaban las referidas a un trato más humanitario a los refugiados en Australia e incluso los seguidores del grupo religioso Falung Gong estuvo presente, con trajes amarillos, haciendo movimientos marciales.
La cumbre del G20 se celebra en Brisbane bajo fuertes medidas de seguridad y la custodia de unos 6.000 agentes de la Policía que tienen poderes especiales durante la celebración de esta cita que congrega a los líderes de 19 naciones, la Unión Europea y organismos internacionales como el FMI y la OCDE. DE
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