SANTIAGO. Es el sueño de un ciclista: una bicicleta que nadie podrá robar nunca.
La “Yerka”, un prototipo diseñado por tres jóvenes chilenos que estudian ingeniería, es la versión más reciente de una tendencia reciente de bicicletas que se pueden bloquear recurriendo a algunas de sus propias piezas. Esas bicicletas incluyen a las estadounidenses “Seatylock”, que utiliza el sillín como un cerrojo, y la “Denny”, que se bloquea con sus manillares desmontables.
Sin embargo, los inventores de la Yerka le dieron otro giro a ese enfoque.
El tubo inferior —uno de los tres tubos que forman el cuadro de la bicicleta, que está entre la multiplicación y el manillar— se desarma para formar dos brazos que se conectan con la tija del sillín y forman una especie de candado que permite bloquear la bicicleta y atarla a algún poste, árbol u otra estructura fija, por lo que los ladrones tendrían que destruir una Yerka para robarla, pero dejándola inservible.
“Es por eso que nuestro lema es ‘una bici que si es robada ya no es bici’. Lo que tenemos aquí es verdaderamente una bicicleta inrobable”, dijo Cristóbal Cabello, quien tuvo la idea del diseño durante una clase de ingeniería de la universidad junto con sus amigos de la infancia Andrés Roi Eggers y Juan José Monsalve.
En Chile y en otros países latinoamericanos, la propagación de carriles designados para bicicletas, estacionamientos para bicis y programas de bicicletas compartidas están animando a los viajeros a abandonar sus automóviles en favor de las bicicletas, que no sólo son más baratas sino que respetan el medio ambiente.
Cristóbal Galbán, quien tiene un doctorado en ingeniería naval y del medio ambiente y dirige el centro de investigación de la sostenibilidad en la Universidad Andrés Bello, de Santiago, dijo que un estudio realizado por su equipo en 2013 concluyó que “el uso de bicicletas se ha duplicado entre los chilenos” en apenas cinco años.
“El problema principal en Chile y en otros lugares son los robos, por lo que la Yerka podría ayudar a resolver esto”, dijo Galbán, cuya propia bici fue robada recientemente.
Tony Hadland, coautor con Hans-Erhard Lessing del libro “Bicycle Design: An Illustrated History” (Diseño de bicicletas: Una historia ilustrada) calificó el diseño de los chilenos como “muy inteligente”.
Ha habido relativamente pocos intentos de incorporar mecanismos anti robo en el diseño de la bicicleta, dijo el escritor británico.
Hadland afirmó que, haciendo a un lado los conocidos candados en “U” y las cadenas con candado, la mayoría de los accesorios antirrobo han sido dispositivos tipo cerrojo. Estos últimos generalmente implican una pieza que pasa entre los radios de una de las ruedas —generalmente la trasera— para bloquearla, pero todavía pueden ser burlados fácilmente por un ladrón, dijo, dejando la bicicleta ilesa.
“La estrategia más eficaz que se usa comúnmente en Londres en la actualidad es llevarse la bicicleta a la oficina con usted”, dijo Hadland. “La bicicleta plegable Brompton, ahora casi un icono de Londres, es tan compacta y tan fácil y fiable al plegarse que muchos viajeros llevan sus Brompton hasta la oficina”, agregó.
“Otras estrategias antirrobo involucran el uso de una bicicleta que luzca tan poco atractiva que nadie la va a querer robar”, afirmó.
Los jóvenes chilenos dijeron que comenzaron a experimentar con su idea después que alguien robó la bicicleta de Roi. Primero construyeron un modelo de PVC y luego hicieron un prototipo de trabajo.
Ahora, a la espera de que su patente sea aprobada y de que hagan más pruebas sobre la capacidad de la bicicleta para hacer frente a los ladrones, el equipo tiene previsto lanzar una campaña de financiamiento social para recaudar fondos. También están buscando un socio que pueda invertir los 300,000 dólares necesarios para producir un primer lote de mil bicicletas que esperan vender a mediados de 2015. DE
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