JERUSALÉN. Dos palestinos irrumpieron el martes en una sinagoga del barrio ultraortodoxo de Har Nof y atacaron a los fieles que rezaban dentro con cuchillas de carnicero, hachas y armas de fuego, matando a cuatro personas. La policía mató a los agresores en un tiroteo.
Se trata del primer atentado con más víctimas mortales registrado en Jerusalén en varias décadas y aviva el temor a una violencia sostenida en la ciudad, ya alterada por las crecientes tensiones por un disputado lugar de culto.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que Israel “responderá con dureza” al ataque, que describió como un “cruel asesinato de judíos que acudieron a rezar y fueron asesinados por asesinos despreciables”, hecho que fue condenado por el líder palestino Mahmoud Abás.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, dijo haber hablado con Netanyahu tras el atentado y lo tachó de “acto de puro terror y brutalidad y violencia sin sentido”.
El presidente palestino, Mahmud Abás, condenó el ataque, algo que no ocurría desde que comenzó el repunte de violencia contra israelíes. También pidió que Israel pusiera fin a las “provocaciones” en torno al lugar sagrado de Jerusalén.
En un comunicado, la oficina de Abás dijo que “condena el asesinato de fieles en una sinagoga en Jerusalén oriental”. El texto pedía el fin de la “invasión” de la mezquita y el fin de la “provocación” de ministros israelíes relacionada con el lugar, que los judíos conocen como Monte del Templo.
La policía israelí calificó el hecho de atentado terrorista y dijo que los atacantes eran primos residentes en Jerusalén oriental.
El Frente Popular para la Liberación de Palestina, un grupo pequeño, dijo en un comunicado que los primos eran primos suyos, pero no aclaró si tenían órdenes de realizar el ataque.
Seis personas resultaron heridas en el ataque, indicó el portavoz policial Micky Rosenfeld, incluyendo dos agentes de policía. Cuatro de los heridos tenían pronóstico serio. La policía estaba registrando la zona para buscar más sospechosos, dijo.