PARÍS. El expresidente francés Nicolas Sarkozy, en liza por liderar el partido conservador UMP, ha dividido a su campo político al proponer derogar la ley del matrimonio homosexual aprobada por el Ejecutivo socialista en 2013.

 

Numerosas personalidades del partido, algunas de ellas muy cercanas a Sarkozy, mostraron su oposición a la propuesta del exjefe del Estado lanzada el domingo en un mitin de la campaña por la presidencia de la Unión por un Movimiento Popular (UMP).

 

Entre ellos, el ex primer ministro Alain Juppé, actual alcalde de Burdeos y favorito en las encuestas a competir por la presidencia del país en el bando conservador en las elecciones de 2017.

 

Juppé, candidato a las primarias de su partido para esos comicios, afirmó que la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo es “un logro” de la sociedad y que “no se puede volver atrás”, por lo que consideró que la propuesta de Sarkozy “no es una buena idea”.

 

Al tiempo, Juppé señaló que “la sociedad francesa necesita calma” y para ello “es mejor no despertar controversias que dividen”.

 

La adopción de la ley del matrimonio homosexual fue duramente contestada con manifestaciones en la calle, aunque finalmente fue aprobada por una amplia mayoría de los diputados.

 

En términos similares se pronunció Nathalie Kosciusko-Morizet, antigua vocera de Sarkozy, quien afirmó que la derogación de la ley “no es ni deseable ni posible”.

 

“Muchos franceses no lo consideran lo más urgente”, afirmó Kosciusko-Morizet, que se abstuvo en la votación que legalizó ese tipo de uniones.

 

El senador Roger Karoutchi, declarado homosexual y muy cercano a Sarkozy, también se pronunció en contra de dar marcha atrás en esa ley, aunque apostó por reformar el texto actual para cerrar definitivamente la puerta a fecundación artificial en el seno de las parejas de lesbianas y a la posibilidad de que los homosexuales puedan recurrir a un vientre de alquiler.

 

Agregó que sería “constitucionalmente complicado” derogar la ley porque, para entonces, ya se habrían celebrado miles de uniones entre personas del mismo sexo.

 

La exministra Nadine Morano, firme defensora de Sarkozy, aseguró a su vez que el futuro presidente de la UMP debe tener “otras prioridades”.