Las plañideras es una puesta coreográfica basada en las lloronas del antiguo Egipto. Mujeres contratadas a bajo sueldo para sollozar a los difuntos, quienes eran consideradas un lujo, puesto que sólo las personas importantes o adineradas podían pagarlas.
Entonces, artistas mexicanos, jóvenes, montan la puesta en el teatro Sergio Magaña de la Santa María la Ribera, un barrio enigmático que cobija perfecto la danza potente de Dionisia Fandiño y Marisol Cal.
La puesta muestra el concepto de la plañidera y la importancia del finado, esta actividad se medía en lacrimatorios –pequeños recipientes en los cuales las plañideras vertían sus lágrimas– y que se depositaban en las fosas fúnebres.
A partir de estas figuras femeninas surge en la mente de Fandiño la idea de crear un juego dancístico para dos bailarinas, en el que se plasma la rivalidad entre dos plañideras que coinciden en el mismo funeral.