WASHINGTON. El presidente Barack Obama emplazó hoy al líder de la Cámara de Representantes, John Boehner, a aprobar una reforma migratoria antes del inicio del nuevo Congreso en enero y le pidió no convertir la agenda nacional en rehén de sus desacuerdos migratorios.
En una entrevista con la cadena ABC, el mandatario estadunidense defendió la legalidad de otorgar un alivio migratorio a unos cinco millones de inmigrantes, pues aseguró que otros presidentes lo han hecho.
“El Congreso tiene una responsabilidad de lidiar con estos asuntos y cosas que no puedo hacer por mi cuenta. Que sí tenemos autoridad legal para mejorar el sistema. Dadas las limitaciones de recursos que tenemos, debemos priorizar”, dijo el jefe de la Casa Blanca.
Obama reaccionó así cuando el periodista George Stephanopoulos lo cuestionó sobre una declaración suya hecha el año pasado, cuando declaró que no podía aprobar medidas generalizadas de alivio migratorio porque no era “emperador” de Estados Unidos.
Las acciones anunciadas por Obama el jueves incluyeron la creación de un nuevo programa de acción diferida para frenar las deportaciones de personas que son padres de ciudadanos estadunidenses o residentes permanentes legales y han vivido en Estados Unidos por cinco años.
Obama señaló en la entrevista que tomó la decisión de actuar por su cuenta toda vez que los republicanos de la Cámara de Representantes se rehusaron a considerar la iniciativa aprobada por el Senado en 2013 o a presentar su propio proyecto de ley.
“La primera respuesta que tengo para John Boehner y otros es que aprueben una legislación. Mientras tanto, tenemos que asegurarnos que, número uno, nuestras fronteras sean seguras y, número dos, que nos enfoquemos en las personas que queremos fuera”, añadió Obama.
Las acciones ejecutivas de Obama incluyen en ese sentido un nuevo énfasis en la deportación de inmigrantes recién llegados, fugitivos de la justicia o personas que han ignorado órdenes de repatriación.
Un sector de los republicanos, incluido el senador cubano americano Ted Cruz, apoya condicionar las nominaciones judiciales del presidente como respuesta a su decisión de actuar de manera unilateral en el tema migratorio.
Obama respondió que la retórica existente en Washington no corresponde a las posiciones del público estadunidense, que favorece mayoritariamente algún tipo de legalización para más de 11 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos.
“Lo que el público espera es que si tenemos desacuerdos en algo, discrepemos y trabajemos en todo lo demás”, dijo Obama.
“Uno de los hábitos que hemos visto en Washington en los últimos cuatro años, desde que los republicanos controlan la cámara baja, es que todo se vuelve rehén de un desacuerdo”, deploró.
Obama inició el viernes pasado en Las Vegas una ofensiva de apariciones públicas para defender la legalidad y la conveniencia de sus acciones administrativas en materia migratoria.
Con motivo de las elecciones del pasado 4 de noviembre, los republicanos tendrán a partir de la próxima legislatura que inicia sesiones en enero el control tanto de la Cámara de Representantes como del Senado.
GH