HONDURAS. María José Alvarado esperaba que le hicieran algunas preguntas difíciles sobre su país en el concurso Miss Mundo en Londres. Así que la joven reina de belleza de 19 años le pidió a su profesor de Filosofía que le ayudara a prepararse.
Repasaban a diario la historia de Honduras y debatían sobre política, la violencia generada por las pandillas y el narcotráfico, fenómenos que han convertido a Honduras en uno de los países más peligrosos del mundo.
“Sabía que las preguntas que le harían serían sobre la inseguridad y violencia, que eso es lo que el mundo conoce de Honduras”, dijo José Eduardo Díaz, el profesor que la ayudaba. “Su objetivo era explicar, cada vez que se lo preguntaran, qué quería aportarle a una Honduras en la que los jóvenes pudieran caminar por la calle, sin miedo a ser asesinados”.
Miss Honduras no irá al reinado. La asesinaron a tiros junto a su hermana y enterraron los cadáveres cerca de un río. Exhumaron los cuerpos y el jueves las sepultaron en un cementerio medio inundado y lleno de barro de una pequeña aldea del norte del país.
La tragedia familiar
El asesinato sin sentido de Miss Honduras y de su hermana mayor, Sofía, es una tragedia familiar que generó indignación nacional en un país que parece caminar como sonámbulo en medio de una sangría de asesinatos. Muchos de los muertos son pandilleros, narcotraficantes y policías. Pero también sucumben taxistas, periodistas. Mujeres o niñas son violadas y un sinfín de inocentes cae bajo el fuego de las balas.
Alvarado hubiera pertenecido al último grupo de no ser porque era excepcionalmente linda, y logró surgir de un entorno humilde y de provincia para representar a Honduras en un concurso mundial de belleza.
“Si hubiera sido cualquier otra chica, si no hubiera sido Miss Honduras, sería un crimen más en la impunidad hondureña“, dijo José Luis Mejía, rector de la Universidad Tecnológica de Honduras en Santa Bárbara, donde estudiaba Alvarado. “Habrían utilizado la frase de siempre: un ajuste de cuentas entre narcotraficantes. Y ni siquiera hubieran empezado a investigar nunca”.
La mayor parte de la cocaína que llega a Estados Unidos pasa por Honduras y Santa Bárbara es parte del corredor que une San Pedro Sula, la ciudad con los peores índices de homicidios del mundo, con la frontera de Guatemala. Oficialmente, el asesinato de Miss Honduras y su hermana de 23 años no tiene nada que ver con el narcotráfico. La policía dice que el pretendiente de Sofía, Plutarco Ruiz, confesó que les disparó a las chicas en un ataque de celos después de verla bailando con otro hombre en su fiesta de cumpleaños. Mató a Sofía primero. A María José le metió dos tiros en la espalda cuando trataba de huir.
Para la familia y los amigos de Alvarado, los asesinatos son el resultado de una mezcla de machismo agravado por la riqueza y el poder los narcotraficantes.
“Esta región está imbuida de la narcocultura, representada por la imagen de un hombre que se mueve en un vehículo grande, bebe, toma droga, camina armado y es el malo”, dice Mejía. “La cultura de la violencia y de la muerte“.
Un futuro truncado por la muerte
La menor de tres hermanas, Alvarado comenzó a competir en certámenes de belleza a los 13 años. Lo ganó todo. Después de cada viaje, al regresar a Santa Bárbara, corría a compartir los detalles con sus amigas, que la describen aún como una niña inocente, generosa y llena de vida. “Sus éxitos eran los nuestros”, dijo Ludin Reyes, otra compañera de escuela. “Éramos sus amigas y sus fans”.
Mientras María José perseguía su sueño y su hermana mayor se casaba y se iba de casa, a Sofía no le iba tan bien, según cuentan sus amigas. Era maestra, pero se había quedado sin trabajo al cerrar su escuela y se enamoró de un hombre casado que dejó a su familia para estar con ella y al que asesinaron en octubre de 2013.
Así que comenzó a salir con Plutarco Ruiz, quien confesó los asesinatos de las dos hermanas. Todo el mundo en Santa Bárbara le teme. Pertenecen a una familia de narcotraficantes, según las autoridades. Sin antecedentes policiales, era alguien que protegía a sus amigos y eliminaba a sus enemigos.
“Plutarco es un hombre violento, de carácter pendenciero, que lo resuelve todo con una pistola en la mano”, afirmó el teniente coronel Ramón Castillo, encargado de todas las operaciones de seguridad en el departamento.
Amor asesino
Para sus amigas es todo un misterio por qué Alvarado aceptó acompañar a su hermana a un restaurante junto al río en el que se cree que Ruiz organizaba sus fiestas y reuniones clandestinas de negocios. Estuvieron toda la tarde cocinando juntas un pastel de cumpleaños para el hombre que las asesinó.
La policía dice que Sofía y Ruiz se pelearon porque ella bailó con otro hombre, que él disparó a las dos hermanas y con la ayuda de un amigo las enterró cerca de un río, bajo cal viva para que los cuerpos se descompusieran lo más rápido posible.
Al día siguiente, Ruiz fue a casa de las hermanas a invitarlas a almorzar y le dijo a su familia que las chicas se habían ido de la fiesta con otro hombre. Una semana después, los investigadores consiguieron que confesara y los llevaran hasta el lugar donde estaban los cuerpos. Con él arrestaron a tres personas más.
El alcalde de Santa Bárbara dice que en una ciudad de 29.000 habitantes todo el mundo sabe quién es quién y a qué se dedica cada uno. Y que el sentir popular es que la policía le dio varios días de margen a Ruiz para que pudiese escapar. Pero en un país en el que se asume la impunidad, Ruiz no lo hizo y se quedó en casa.
“Se sentía tan impune que no huyó porque confiaba en que nunca lo detendrían”, dijo Alvarado, que no es familia de la modelo.
En una casa pequeña y humilde al final de un camino sin pavimentar, la madre de Alvarado, destrozada, seguirá sufriendo en soledad, quizás reabriendo el puesto de golosinas que desde hace una semana no atiende, por la pérdida de su hija Miss y de la hermana que la condujo a la muerte.
“Pobre Sofía”, gritaba Teresa Muñoz abrazada al ataúd de su hija. “Te perdono, hija, porque fuiste la responsable de que lo que le hicieron a tu hermana, porque Maria José murió también”. DM