La presión a la que está sometido el planeta por la humanidad se ha incrementado en los últimos  30 años exponencialmente. El informe Planeta Vivo 2014 de el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) publicado en México por el Instituto Mexicano para la Competitivdad (IMCO) evidencia que aumentó 50% la biocapacidad de la Tierra.

 

A este ritmo, para 2050 los recursos naturales que se requerirán para alimentar y dar hogar la población mundial proyectada para ese año sería dos veces por arriba del actual.

 

El impacto del ser humano afecta la vida del planeta en todos los sentidos, desde los niveles de contaminación, pasando por los escasez de alimento o la extinción de animales.

 

La biocapacidad de la Tierra es el nivel de consumo de recursos naturales  en relación con la población mundial y las emisiones de CO2 que se generan.

 

 

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Así pues el problema de la producción de alimentos de manera sustentable se coloca como uno de los grandes retos para los países en el futuro.

 

El principal problema que acarrea la producción industrial de alimentos es la deforestación masiva.

 

El informe muestra que en cuanto a las pérdidas forestales, dos países encabezan la lista negra: Brasil e Indonesia, se estiman han perdido entre ambos más de 82 hectáreas en los últimos 20 años.

 

En México el panorama no es muy halagador, según la organización Greenpece y el Instituto de Geografía de la UNAM, en nuestro país se pierden anualmente 500 mil hectáreas de bosques y selvas, para ocupar así el nada honroso quinto lugar a nivel mundial.

 

Son cinco los estados ocupan la mayoría de su territorio en agricultura, en cualquiera de sus tres modalidades (humedad, riego y de temporal) : Sinaloa, Sonora, Guanajuato, Michoacán y Tamaulipas.

 

Las demandas de alimentos y las consecuencias por su producción son desiguales.

 

Los países más pobres sufren mayores pérdidas en sus ecosistemas.

 

Un ejemplo son los mercados semanales de Vitshumbi en la República Democratica del Congo, las personas compran verduras frescas y peces recién cogidos en el Lago Eduardo. El lago quedaba en el centro de las actividades de Soco International PLC, con sede en el Reino Unido, en su búsqueda de pozos petroleros.

 

A principios de este año, la compañía aceptó retirarse del Parque Nacional Virunga, después de una campaña internacional liderada por WWF.

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Pocos países son más ricos en biocapacidad y recursos naturales que la República Democrática del Congo. Sin embargo, sus habitantes tienen una de las Huellas Ecológicas más bajas del Planeta, y el país figura entre los últimos en el Índice de Desarrollo Humano ajustado por la Desigualdad (IDH-D) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

 

En el Delta del Niger, los indicadores de pobreza y desigualdad se han empeorado desde el descubrimiento de petróleo en la zona.

 

En el largo plazo, la única manera de que los congoleses suplan sus necesidades y mejoren sus perspectivas es a través del manejo sostenible y el uso inteligente del capital natural del país.

 

WWF brinda también datos que abren una esperza: en el mundo la proporción de bosque bajo protección alcanza ya el 12.5% algo así como 183 millones de hectáreas, a lo que se le ha denominado como Bosques en el Mundos Certificados (FSC). En México más de 50 entidades ostentan el certificado.