PARÍS. La Copa Davis tiene ya un lugar junto a los 17 Grand Slam, los 23 Másters y los otros 42 trofeos del palmarés más importante de la historia del tenis: el del suizo Roger Federer, que ayer consiguió el punto definitivo para conquistar uno de los pocos trofeos que le faltaban.
El jugador de Basilea, de 33 años, cayó a la tierra batida del estadio Pierre Mauroy de Lille al poco de conseguir la victoria definitiva ante el francés Richard Gasquet por 6-4, 6-2, 6-2 en menos de dos horas. Era el 3-1 que valía el triunfo final y la Ensaladera.
Suiza conquistó la Ensaladera en su segunda final, después de que en 1992 Marc Rosset y Jakob Hlesek se estrellaran contra el dream team estadounidense formado por André Agassi, Pete Sampras, Jim Courier y John McEnroe.
La alegría suiza fue la decepción de Francia, que por tercera vez consecutiva fracasó en su intento de sumar su décima Copa Davis, privado de su mejor tenista, Jo-Wilfried Tsonga, que tras perder su primer individual el viernes se borró de la final por problemas físicos.
Suiza y Francia terminaron empatadas tras la primera jornada. Federer perdió, pero Wawrinka ganó. Jugaron juntos en dobles de forma inesperada, pues nunca habían ganado en tierra batiba y tenpian cuatro derrotas consecutivas jugando juntos. Pero se impusieron con facilidad. Así llegaron al domingo. La victoria de Federer les daría la Ensaladera o su compatriota tendría otra oportunidad.
Ahora, pocas fronteras faltan por explorar al suizo, que ha ganado los cuatro grandes y casi todos los Masters y es quien más semanas ha estado en el número uno del mundo.
Lo único que le queda es la medalla de oro olímpica individual que Andy Murray le arrebató en los pasados Juegos de Londres, pero ya nadie le podrá reprochar que no ha ganado la Davis.