Como cada año y desde 2004, el Día Mundial de la Lucha contra el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) es un día para concientizar sobre la enfermedad, recordar a los que han fallecido y celebrar los adelantos en servicios de prevención y tratamiento en todo el mundo.
El programa conjunto de la Organización de las Naciones Unidas sobre el VIH/ SIDA (ONUSIDA) pretende terminar con la epidemia, de ser posible, en 2030. Sin embargo, esta acción requiere que, a nivel mundial, se tengan los servicios necesarios a para la prevención, tratamiento, atención y apoyo a pacientes.
De acuerdo con el Informe de déficits y deficiencias de ONUSIDA, en últimos años se registraron los niveles más bajos de infecciones de VIH, con 2.1 millones. El registro de nuevas infecciones por VIH descendió, en los últimos tres años, 13%. Según la organización internacional se calcula que hasta el año pasado, a nivel mundial, había 35 millones de personas infectadas.
Según el Resumen de Vigilancia Epidemiológica del Registro Nacional de Casos SIDA al Tercer Trimestre de 2014, del Centro Nacional para la prevención y el Control de VIH/SIDA (Censida), este año en México se diagnosticaron, de manera preliminar, 3 mil 604 casos. Y se estima un total de 180 mil personas infectadas.
Pero las cifras son alentadoras, pues en este 2014 se diagnosticaron cerca de 3 mil 500 nuevos casos, cifra considerablemente menor en comparación con el año anterior, cuando se registraron 10 mil 332 casos, por lo que el nivel de contagio en México ha disminuido. Sin embargo, titulares del organismo han declarado, en diversas ocasiones, que todavía hay un largo camino por recorrer.
Del total de diagnósticos, 141 mil 306 son hombres y 30 mil 948 mujeres. De estas últimas, 37% corresponden a un sector de la población vulnerable por sus carencias económicas y condiciones sociales.
“La epidemia se centra en mujeres jóvenes, de baja escolaridad y son de dos a cuatro veces más propensas a contraer dicho padecimiento que el hombre”, aseguró Patricia Uribe, directora de Censida, a Notimex.
Campaña “Yo soy Abigail”
Por tal motivo, para este 1 de diciembre Censida lanzó la campaña “Yo soy Abigail”, dirigida a mujeres sexualmente activas y con el propósito de impulsar el uso del codón y la realización de la prueba del VIH. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada minuto una mujer es contagiada del virus y una las causas con más reincidencia es por relaciones sexuales sin condón.
El camino por erradicar la epidemia de SIDA y el VIH es largo. Sin embargo, la ONU fija como objetivos para el 2015 reducir a 50% la trasmisión sexual entre jóvenes, homosexuales y trabajadores sexuales; disminuir a la mitad el número de muertes maternas relacionadas con la enfermedad; prevención de casos entre drogadictos; impulsar el acceso al tratamiento antirretroviral a todas las personas infectadas; así cómo, servicios básicos de asistencia y apoyo; reducir el número de países con legislación punitiva en materia de transmisión sexual, prostitución, consumo de drogas, que obstaculicen las respuestas efectivas; y alcanzar la tolerancia cero frente a la violencia de género.
¿Por qué un moño rojo?
El distintivo en color rojo significa el conocimiento y compromiso a favor de la prevención y solidaridad hacia las personas con VIH y SIDA. Este moño comenzó a utilizarse desde 1991 por un grupo de artistas de Nueva York, que quisieron hacer visible la problemática de esta enfermedad.
A nivel mundial, durante este día, edificios emblemáticos de cada ciudad se iluminan de color rojo para conmemorar a pacientes con este padecimiento. Marcas importantes como Apple organizan campañas “rojas”, cuyo objetivo es donar recursos a instituciones especializadas en la lucha contra el SIDA y el VIH en distintas partes del mundo.
Utilizar el color rojo más que una moda o adorno, es un símbolo de solidaridad, conciencia, compromiso, responsabilidad y apoyo a quienes enfrentan día a día los problemas de esta epidemia mundial.