El presidente Enrique Peña Nieto reconoció el jueves pasado que en los estados del sur del país, las políticas sociales instrumentadas no han logrado reducir la brecha de la desigualdad, sino por el contrario, se han ampliado con el paso del tiempo. Sin embargo, la Secretaría de Hacienda presume que con el programa Prospera (antes Oportunidades) los pobres van a tener un mejor futuro. ¿De qué se trata?
“Como país, no podemos continuar por esa ruta de desigualdad y división, pensando que la única alternativa es la contención de la pobreza con medidas asistencialistas”, subrayó el primer mandatario en su discurso. Pero Hacienda insiste en que el gobierno federal impulsa una política social diseñada para romper el ciclo de pobreza de millones de mexicanos. Y para conseguirlo, dice, se transformó el Programa Oportunidades a Prospera, Programa de Inclusión Social.
Explica que esa transformación, implica, más allá de un cambio de nombre, un cambio en la visión de los programas sociales, con la que se pretende romper el círculo vicioso de la pobreza, dejando de lado el enfoque asistencialista, hacia uno de democratización de la productividad.
Bajo este nuevo esquema, se ofrece a los beneficiarios, además de las transferencias monetarias, herramientas que les permitan integrarse a la vida productiva y generar ingresos propios a partir de un empleo o de iniciar un negocio. Así, Prospera articula incentivos adicionales para la educación, la salud y la nutrición, con el fin de promover el desarrollo de capacidades, y otorgar opciones productivas para las más de 6.1 millones de familias beneficiarias. Y detalla:
Inclusión financiera. A través de la Banca de Desarrollo se facilitará el acceso de más de seis millones de mujeres beneficiarias a diversos servicios financieros.
Inserción laboral. Los jóvenes de Prospera tendrán prioridad en el Servicio Nacional de Empleo, así como acceso a 15 mil becas cada año para capacitación laboral y de autoempleo.
Apoyos productivos. Los beneficiarios contarán con apoyo para que establezcan una fuente de ingresos propia. Para ello, tendrán acceso prioritario a 15 programas productivos, entre ellos están: el Fondo Nacional del Emprendedor, el Proagro Productivo y el Programa para el Mejoramiento de la Producción y Productividad Indígena.
Hacienda presume que México ha destacado como un líder internacional en el diseño e implementación de programas de protección social, sirviendo los mismos como ejemplo para el establecimiento de políticas similares en los países en desarrollo. Esto también ha sido reconocido por instituciones internacionales como el Banco Mundial, que ha apoyado a nuestro país en el establecimiento de estas políticas. Como parte de estos apoyos, el pasado 19 de noviembre se anunció una alianza entre el Banco Mundial y el gobierno de la República, para asegurar la adecuada implementación técnica del Programa Prospera, con el objetivo común de combatir la pobreza en México.
La participación del Banco Mundial en el marco de Prospera incluye una operación por un monto de 350 millones de dólares, que incluye asesoría técnica y acompañamiento de expertos internacionales en diversas tareas como: diseño de herramientas y estrategias para su monitoreo y evaluación permanente; creación del Sistema de Información Social Integral, para focalizar los esfuerzos a donde más se necesiten; diseño e implementación de la Estrategia de Atención Regional para el Desarrollo Social.
¡Aguas!, advierten los malosos. No vaya a ser que después de leer el discurso del presidente Peña Nieto del jueves, los del Banco Mundial se arrepientan y nos corten la ayuda.