LONDRES. El primer ministro británico, David Cameron, advirtió al Gobierno chino de que “se equivoca” al prohibir la entrada a Hong Kong de diputados del Reino Unido que se disponían a visitar la excolonia británica, coincidiendo con las protestas prodemocráticas.
A través de su vocero, el jefe del Gobierno dijo que la decisión será “contraproducente” y adelantó que Londres seguirá conversando sobre el asunto con las autoridades chinas.
Según el vocero, Cameron opina que la decisión de prohibir la entrada a los miembros de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes, que iban a desplazarse a Hong Kong en la tercera semana de diciembre, “fue equivocada”.
A través de sus embajadas, el Gobierno de Londres transmitirá al Ejecutivo de Pekín el mensaje de que la prohibición “será contraproducente”, indicó el vocero.
“Sólo servirá para amplificar la preocupación sobre la situación en Hong Kong, en lugar de disminuirla”, señaló.
Como firmante en 1984 de la declaración conjunta que apuntaló el traspaso de la soberanía sobre Hong Kong del Reino Unido a China, el Gobierno británico tiene “una preocupación legítima” en cuanto a que se apliquen bien los términos del pacto, explicó este vocero.
El presidente de la comisión de diputados, Richard Ottaway, ha revelado que la embajada china en Londres les informó de que se les “denegaría la entrada” si viajaban a la excolonia, lo que calificó de “confrontación abierta”.
Por su parte, el Gobierno chino avisó al Ejecutivo británico sobre el posible daño a la relación bilateral si insiste en inmiscuirse en asuntos “domésticos” del país asiático.
“China ya ha explicado que nos oponemos a la supuesta investigación efectuada por diputados británicos. Si el Reino Unido insiste en hacerlo, será una manera de confrontación excesiva y no propiciará el desarrollo de las relacione bilaterales”, manifestó una vocera del ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hua Chunying.
“Nos oponemos firmemente a cualquiera que intente interferir en nuestros asuntos domésticos”, dijo Hua, y defendió que el Gobierno central maneja junto al Ejecutivo local de Hong Kong los asuntos exteriores de la isla “de acuerdo a la ley”.