Jorge Mario Pardo Rebolledo, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), afirmó que frente a los trágicos acontecimientos recientes que han indignado a la sociedad, los reclamos de justicia de la sociedad deben ser oídos por los jueces.
“Somos conscientes de esa legítima demanda de importantes sectores sociales, estamos preparados y dispuestos a cumplir con nuestras obligaciones constitucionales y legales sin reserva alguna”, dijo.
Lo anterior fue parte de su discurso durante la bienvenida a las consejeras de la Judicatura Federal Martha María del Carmen Fernández Álvarez y Rosa Elena González Tirado, quienes sustituyeron a Daniel Cabeza de Vaca y César Esquinca Muñoz.
En el Salón de Plenos de la SCJN, Pardo Rebolledo destacó que la República Mexicana se encuentra inmersa en una dinámica incesante de cambios estructurales en los terrenos legislativos, económico, científico y político, entre otros.
Pero ningún cambio estructural será efectivo, ni ninguna medida legislativa dará los resultados esperados, si no se cuenta con un Poder Judicial capacitado, profesional, valiente, honesto y comprometido a través de sus resoluciones a generar un ambiente de respeto a los derechos humanos, que sancione severamente las conductas que atenten contra la vida, la libertad, la dignidad y el patrimonio de las personas.
Manifestó que la mayoría de los juzgadores federales en el país, dan un servicio de la sociedad con honestidad, capacidad y compromiso con base a la independencia, honradez, preparación y capacitación, lo cual debe ser la mejor garantía de que la justicia federal está en buenas manos.
“Debemos hacer patente la exigencia ineludible de que cuando se tenga noticia y evidencia de que un juez traicione esa confianza, apartándose de la excelencia con la que debemos desarrollar nuestras atribuciones, reciba el castigo con todo el rigor de la ley, porque un elemento negativo afecta la imagen de toda la institución ante la opinión pública”, subrayó el togado.
El Ministro aseveró que en la muy delicada tarea de definir, por parte del CJF, las líneas que rigen las políticas a las que se deben ajustar los jueces federales, donde no hay cabida a la ocurrencia, el capricho, el resentimiento personal o la imposición
Con ello, deben encaminarse a modificar la percepción generalizada de la sociedad mexicana, en el sentido de que sus legítimas aspiraciones de justicia, no han sido totalmente alcanzadas.
“Pero además deberá ser una tarea igualmente prioritaria el hacer sentir a las juzgadoras y juzgadores federales que se encuentran respaldados para enfrentar con valentía los riesgos que conlleva el noble desempeño de su función jurisdiccional, a fin de que no sucumban ante la tentación de los poderes fácticos ni se dobleguen ante el perverso poderío de la criminalidad”, añadió.