La expresión de una filosofía de trabajo que engloba el amor por la tierra, el vino y una visión de sustentabilidad enfocada ante todo al beneficio social es la esencia de Clos de Tres Cantos, vinícola mexicana ubicada en el Valle de Guadalupe, Baja California.

 

Joaquín Moya y María Benítez, creadores de Clos de Tres Cantos, presentaron recientemente sus vinos emblemáticos: Resilencia, Noesis, Nada y Duda, en el marco de una degustación armonizada con la cocina del chef Alfredo Chávez, del restaurante Kaah Siis.

 

“Nos unió el gusto por compartir. Comenzamos compartiendo la cocina, los libros, las tertulias y, por supuesto, el vino. Así surgió la idea de construir una vinícola y de crear una bodega monasterio donde los visitantes vivan una experiencia a través de los sentidos y vuelvan a apreciar los sencillos placeres de la vida”, advierte María Benítez.

 

“Quisimos construir un lugar ideal para conversar, un espacio para la meditación, para la relajación, para la lectura, para la tertulia, para las labores del campo y de la bodega. Se trata de un espacio para la transferencia del conocimiento, para dejar volar la imaginación y donde fluyan la intuición y la creatividad”, añade Joaquín Moya.

 

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