Al fin apareció el superlíder. América se paró con autoridad en el Tecnológico y venció 0-3 a unos Rayados que se quedaron con 10 hombres y ahora tienen la misión, casi imposible, de vencer 4-0 a los amarillos en la vuelta en el Azteca si quieren llegar a la final.
Espejismo o no, los equipos de Antonio Mohamed no pueden ocultar su naturaleza, no fue extraño que Monterrey fuera el primero en tomar el control del cotejo, no es que América estuviera echado atrás, pero habrá que tomar en cuenta las ausencias de Rubens Sambueza y Paul Aguilar. Por eso Monterrey se sintió un tanto más cómodo, lanzando a Pabón al frente y copando el medio campo, aunque siempre con la resistencia de Jesús Molina y Osvaldo Martínez, principales motores de la salida amarilla para buscar en el frente a Luis Gabriel Rey y a Oribe Peralta.
De hecho el partido permaneció trabado. Por eso el castigo para los locales pareció exagerado, no porque América no lo mereciera, pero los tantos visitantes llegaron acompañados de la fortuna. Así cayó el primer tanto de Luis Ángel Mendoza, un centro que cruzó la totalidad del área en horizontal para El Quik, quien recibió y disparó fuerte, pero el balón pegó en un zaguero antes de incrustarse en la portería de Rayados, 0-1 acompañado de polvo de fortuna.
Fue el momento más amarillo, porque sobre el minuto 35 Hiram Mier propinó un codazo a Oribe Peralta, se ganó su segunda tarjeta amarilla y dejó a sus huestes con 10, golpe que se agravó con el segundo tanto americanista sobre el minuto 36 en cobro de Osvaldo Martínez que desvió Efraín Velarde para vencer a su arquero Jonathan Orozco: 0-2 y la eliminatoria de cabeza para los Rayados.
El segundo lapso, obvio, abrió el cotejo. Monterrey quemó las naves: Humberto Suazo y Chelito Delgado al campo. América respondió con Michael Arroyo: todo cantado, Monterrey al abordaje con 10 hombres, las Águilas con el objetivo de pillar mal parado al local para matar y lo logró a siete minutos del final gracias al segundo tanto de El Quik: 0-3 que prácticamente mata las aspiraciones Rayadas, salvo un milagro en la vuelta en el Azteca.