Por primera vez desde el 16 de julio de 2009, el precio de la mezcla mexicana de exportación cerró por debajo de los 60 dólares al ubicarse este jueves en 59.73 dólares por barril, un descenso de 1.5% respecto a al día anterior.
El precio está casi 20 dólares por debajo de lo estimado en la Ley de Ingresos 2015, aprobada en noviembre pasado por el Congreso de la Unión, además de representar un descenso de casi 43 dólares o 40% respecto al máximo del año, de 102.41 dólares que registró el 20 de junio pasado.
Al romper el piso de los 60 dólares, la mezcla mexicana cayó casi 30 dólares, o más de la tercera parte de su valor respecto al promedio del año que se ubica en 90.58 dólares, según el seguimiento del precio del petróleo del Servicio Geológico Mexicano (SGM).
En cuanto al precio del petróleo internacional, se mostraron resultados mixtos. El West Texas Intermediate (WTI) tuvo un repunte de 0.74%, para ubicarse en los 67.38 dólares por barril, mientras que el Brent cayó 0.89%, cerrando en los 69.92 dólares, su nivel más bajo desde 2010, lo que representa un descenso de 37% en la mezcla de crudo tomada como referencia a nivel internacional desde junio pasado.
Pese al repunte del WTI, el precio del petróleo continúa mostrando una tendencia a la baja que inició a mediados del año, luego de registrarse una sobreoferta en el mercado de crudo, aunado a una baja demanda en Asia.
El descenso de ayer se atribuyó a que Arabia Saudita anunció que los precios deberán estabilizarse alrededor de los 60 dólares por barril, según informó el diario The Wall Street Journal.
Esta declaración fue vista como un movimiento más para abaratar los precios del crudo, y afectar a los productores estadunidenses que en los últimos años incrementaron su independencia energética, disminuyendo la compra de crudo proveniente de países árabes.
La semana pasada, los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, entre ellos Arabia Saudita, descartaron reducir su producción para detener la drástica caída en los precios, situación que afecta a los presupuestos de países petroleros como México, Ecuador o Venezuela.