Es curioso cómo un compositor que abarcó diversos géneros como el jazz, el pop, el rock, la música de concierto, el tango y el funk, esté casi olvidado. Admirador confeso de Varèse, Messiaen, Webern y Stravinski, Zappa declaró poco antes de morir: “Nunca tuve la intención de tocar rock. Siempre quise componer música más seria para tocar en las salas de concierto, pero sabía que nadie la interpretaría, así que me imaginé que si alguien alguna vez habría de escuchar algo compuesto por mí, tendría que hacerlo a través de la formación de una banda y tocar rock”.
Gente plástica
El hippie, el yuppie, el corrupto, el artista cosmopolita, el rockero, el blandito, la ultraderecha religiosa, lo políticamente correcto, fueron blanco de las críticas de Zappa. ¿Qué acto es más contestatario que rechazar las formas del antiestablishment, del rock? Desde el inicio de su carrera, el compositor se opuso al consumo de estupefacientes en sus conciertos y ensayos. Las drogas idiotizan, no estimulan la creatividad ni representan un elemento para atacar al sistema; al contrario, lo hace más fuerte.
Todos esos movimientos contraculturales no hacían más que alimentar y legitimar el sistema. Esta visión es radical, si tenemos en cuenta que casi la totalidad del circuito rockero era adicto a alguna sustancia. Las piezas “Pigny Twylyte” (incluida en Zappa Wiki Jawaka) o “Cocaine decisions” (de The Man from Utopia) dan cuenta de ello. Un hippie no puede ser un peligro para el sistema si no está en sus cinco sentidos.