WASHINGTON. El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció hoy nuevas directrices para evitar la discriminación racial por parte de las fuerzas de seguridad nacional, en un momento de tensiones por las decisiones de dos jurados de no imputar a agentes blancos por la muerte de hombres negros en Nueva York y Ferguson.
Practicar la discriminación en la aplicación de la ley “es algo no solo injusto, sino profundamente erróneo e ineficaz“, destacó en un comunicado el secretario de Justicia, Eric Holder, al dar a conocer las nuevas normas.
En 2003, el entonces presidente George W. Bush ya había prohibido la discriminación racial en los cuerpos de seguridad, pero a partir de ahora, por primera vez, la nueva directriz al respecto se aplicará también a los casos relacionados con la seguridad nacional.
Además de por raza u origen étnico, con las nuevas normas los agentes no podrán discriminar a las personas en función de su origen nacional, religión, orientación sexual o género.
El Departamento de Justicia llevaba cinco años trabajando en la elaboración de estas nuevas directrices, pero “particularmente a la luz de ciertos incidentes recientes” era “imperativo” tomar medidas, según sostuvo Holder en alusión a los casos de Nueva York y Ferguson, que han generado protestas por todo el país.
Las nuevas normas afectarán únicamente a las fuerzas de seguridad federales, aunque también se aplicarán a agentes locales y estatales cuando éstos participen en operaciones federales vinculadas, por ejemplo, al terrorismo o investigaciones sobre drogas.
El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo en su rueda de prensa diaria que el gobierno “daría la bienvenida” a que las fuerzas de seguridad estatales y locales adoptaran también esas nuevas políticas.
Los dos agentes blancos involucrados en los fallecimientos de Michael Brown (Ferguson) y de Eric Garner (Nueva York), ambos de raza negra, pertenecían a la policía local.
La puesta en marcha de estas medidas “es una importante señal de progreso, pero no se ocupa por completo de la necesidad de una reforma de las tácticas policiales a nivel estatal y local”, afirmó Laura W. Murphy, directora de la Oficina Legislativa de Washington de la Unión de Libertades Civiles de EU (ACLU).
En una entrevista con la cadena BET que se emitirá hoy y de la que se adelantaron extractos durante el fin de semana, el presidente Barack Obama admitió que el racismo es algo “profundamente arraigado” en la sociedad estadounidense y, por tanto, es un problema “que no se resolverá de la noche a la mañana”.
GH