Por Ami­lcar Salazar 

Zacatlán. La noche del sábado llegó temprano, casi desde el mediodía, a este valle situado en la Sierra Norte de Puebla, cuya fina capa de niebla y gélida temperatura parecen formar parte de la magia que presume en su nombramiento oficial de Pueblo Mágico.

Pero la tarde tuvo las características de una celebración patriótica, en virtud de que los fuegos artificiales y la música mexicanas envolvieron también a esta comunidad de 76 mil habitantes, conocida popularmente como Zacatlán de las Manzanas, dada la profusa cosecha de ese fruto y de sus derivados en la región.

Al escenario dispuesto en el quiosco de la plaza central, donde se reunieron unas tres mil personas, llegaron la cantante regiomontana Alicia Villarreal, el tenor capitalino Fernando de la Mora, así como una docena de integrantes del Mariachi Nacional Gama 1000.
Arribó también, para sumarse al elenco artí­stico, el cantante de ranchero local Óscar Cruz, quien tras ganar en 2011 un concurso televisivo de intérpretes se convirtió en uno de los ciudadanos más notables del lugar.

La algarabí­a del público, así­ como la de los músicos, caracterizó la celebración en esta colonial ciudad de otra etapa del programa “Fina Estampa: Corazón de los Pueblos Mágicos”, organizado por la Secretaría de Turismo y distintos gobiernos estatales y municipales, con objeto de promover a las poblaciones así designadas, hasta ahora con un número de 83 en el paí­s.

México, país de cosas mágicas

Entrevistado al final del recital, el cantante operístico y de música popular Fernando de la Mora, dijo a 24 HORAS:

“Para los artistas y para los ciudadanos que anhelamos un México mejor, oportunidades como la que hoy nos ofrece Zacatlán, de cantar ante esta hermosa gente, nos permiten enviar un mensaje muy positivo a toda la sociedad mexicana: decirles que México es un país que vale la pena, que es una nación con muchas cosas por ofrecer y recibir.

“También decirle a todo el mundo que los mexicanos no estamos de acuerdo en que nuestro portavoz sea la delincuencia… y que tampoco aprobamos que éste sea un lugar donde las malas noticias sean las únicas que se extiendan como fuego en monte seco, siendo que es un paí­s compuesto por muchas cosas bellas y mágicas, precisamente.

“Siempre he dicho, y no de dientes para afuera y tampoco te hablo como político, que México es mucho más grande que sus problemas”, concluyó.