TEXAS. El primer playoff del futbol americano universitario expandió la carrera por el campeonato nacional, convirtió a la campaña regular en una llena de drama y produjo una postemporada plena de astros.

 

Nick Saban y su Alabama Crimson Tide (1) ante Urban Meyer y el cuarto preclasificado Buckeyes de Ohio State en el Sugar Bowl.

 

Marcus Mariota, el principal candidato al Trofeo Heisman de este año, y el segundo preclasificado Oregon, ante Jameis Winston, el ganador del Heisman del año pasado, y el campeón nacional Florida State en el Rose Bowl.

 

Los ganadores se enfrentarán el 12 de enero en Arlington, Texas, casa de los Vaqueros de Dallas.

 

Una nueva era, de hecho, pero los mismos problemas de siempre: ¿Cuál es la mejor forma de elegir a los equipos y cuál debe ser el criterio?

 

Tras seis semanas de clasificar el nivel de las escuadras, el comité de selección barajó el domingo las cartas y dejó al Big 12 fuera de los playoffs.

 

“Hoy tenemos un fuerte escozor”, dijo el comisionado del Big 12, Bob Bowlsby.

 

TCU, que fue tercero en los rankings la semana pasada, terminó sexto. Baylor, el co-campeón del Big 12, subió un puesto a número cinco, pero ambos fueron rebasados por Ohio State, que impresionó al Comité con un último partido en su juego por el campeonato de conferencia, humillando 59-0 a Wisconsin para ganarse el título del Big Ten.

 

“Diría que la naturaleza humana es que tienen mayor impacto los logros y las cosas más recientes”, dijo Bowlsby. “El triunfo de Ohio State sobre Wisconsin fue dominio absoluto, y en ese sentido se abrieron su camino hacia la posición que hoy disfrutan”.

 

La polémica existe porque se publican rankings semanales, que son decididos por un comité y que presenta cambios como el de TCU que no convencen a todos.

 

“Creo que el comité examinará esta temporada, este año, y evaluará como se llevó a cabo todo el proceso”, señaló.

 

Y hasta entonces, es hora de que comiencen los playoffs.