El ex vicepresidente de Estados Unidos Dick Cheney defendió hoy los polémicos interrogatorios de la CIA a sospechosos de terrorismo tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, pese a las torturas reveladas en el informe que publicó esta semana el Senado del país norteamericano.
“Tortura es lo que los terroristas de Al Qaeda hicieron a tres mil estadunidenses en el 11-S”, afirmó Cheney en el programa “Meet the press” de la cadena televisiva NBC.
“No se puede comparar eso con lo que nosotros hicimos al impulsar los interrogatorios”, subrayó el ex vicepresidente, que formó parte del Gobierno de George W. Bush, promotor de la llamada “guerra contra el terrorismo” lanzada tras el 11-S.
“Tortura, para mí (…), es un ciudadano estadunidense haciendo con su celular una última llamada a sus cuatro hijas jóvenes poco antes de que ardiera hasta la muerte en los pisos superiores del Trade Center (Torres Gemelas) en Nueva York durante el 11-S”, insistió el exdirigente.
Cheney se mostró también orgulloso de su papel en el establecimiento del controvertido programa de interrogatorios: “Lo haría de nuevo -subrayó- en un minuto”.
En su opinión, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) “evitó de forma muy cuidadosa” cualquier práctica de tortura.
Preguntado si la alimentación rectal de los detenidos, como señala el informe, es aceptable, el exvicepresidente contestó: “Creo que se hizo por motivos médicos”, noción que niega la investigación del Senado.
Sobre la detención e interrogatorio de extranjeros que resultaron inocentes, opinó: “No tengo ningún problema siempre que logremos nuestro objetivo. Y nuestro objetivo es atrapar a los tipos que cometieron el 11-S y evitar otro ataque contra Estados Unidos”.
El programa de la CIA “funcionó, funcionó completamente”, agregó Cheney, en alusión a la obtención de información para evitar atentados y salvar vidas.
También se pronunció sobre la alegación del informe de que el entonces presidentes, George W. Bush, no fue informado acerca del alcance de las prácticas de la CIA.
“Este hombre (Bush) sabía lo que estábamos haciendo. Él lo autorizó. Él lo aprobó”, remarcó Cheney, al tildar de “defectuoso” el informe del Senado.
La versión del exvicepresidente contradice el documento del Senado, que concluyó que la CIA llevó a cabo prácticas de interrogatorio “más brutales” de lo que había admitido en los años posteriores al 11-S y, además, sus resultados no fueron efectivos.
El informe, de más de 6.000 páginas y divulgado tras cinco años de investigaciones, describe asimismo las prácticas de asfixia simulada practicadas al reconocido como cerebro del 11-S, Khalid Shaikh Mohammed, así como a otros detenidos, definidos como “series de ahogamientos” que les producían vómitos.
Además, el texto indica que, con la aprobación del personal médico de la CIA, al menos cinco de los prisioneros fueron sometidos a procedimientos “médicamente innecesarios” de “alimentación rectal” o “hidratación rectal” y otros tantos a baños de hielo.
El informe cuestiona igualmente que la información obtenida de esos interrogatorios fuera “crucial” para entender el funcionamiento de la red Al Qaeda y la detención de algunos de sus líderes.