BERLÍN. Luego de fuera convocada una nueva protesta en la ciudad alemana de Dresde (Sajonia) por el grupo Pegida, siglas de “europeos patrióticos contra la islamización de Occidente” en alemán y que se opone a la acogida de refugiados por razones económicas y a la presencia de presuntos yihadistas en territorio alemán, el gobierno volvió a criticar estas las marchas con tintes islamófobos y fueron tachadas por el ministro de Justicia, Heiko Maas, de “miserable y vergonzoso”.
Atacó así directamente al movimiento Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente, que desde octubre convoca cada lunes una manifestación en Dresde (este del país) y que ayer logró reunir en las calles de la ciudad a alrededor de 15 mil personas.
Maas advirtió de que no comprende bajo ningún concepto a los instigadores de este movimiento, pero tampoco a “quienes se dejan seducir” por ellos.
En el mismo acto, el ministro de Interior, Thomas de Maizière, también marcó distancias con Pegida, a pesar de que consideró legítimo que los ciudadanos se planteen dudas ante el creciente número de refugiados que recibe Alemania -se superarán las 200 MIL solicitudes este año-.
Las multitudinarias manifestaciones de los lunes de Pegida están marcando la agenda política en un país que creía haber arrinconado a los movimientos de ultraderecha, que apenas llegaban a convocar a unos centenares de personas cuando organizaban concentraciones contra la ley de asilo o la acogida de refugiados.