El negocio bancario en México es, en general, un negocio apetecible para muchos banqueros internacionales. No por nada, más de 70% de los activos bancarios están en manos de grandes grupos financieros del mundo. Firmas bancarias de gran tradición como Citigroup, HSBC, BBVA, Santander o Scotiabank tienen fuerte presencia en el país y algunos de ellos tienen aquí a sus verdaderos motores de rentabilidad global.

 

El apetito lo despiertan una economía y un mercado que si bien aún no han dado el “estirón” que debieron haber dado desde hace tiempo, podrían hacerlo en el mediano plazo y con fuerza.

 

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Eso creen los banqueros brasileños. Ven que en México -al igual que ocurrió en Brasil- harán falta decenas de miles de millones de dólares en capitales para financiar los proyectos de inversión por venir en una economía -a diferencia de Brasil- abierta y con un potencial exportador enorme.

 

Hace un año (3 de diciembre de 2013) le comentamos aquí lo que en su momento llamamos “el desembarco brasileño” para referirnos a la llegada del agresivo banco de inversión BTG Pactual y, sobretodo, del gigante Itaú Unibanco, un grupo bancario con activos por 500 mil millones de dólares y que por sí solo es del tamaño de todo el sistema bancario mexicano.

 

En aquel momento le dijimos que las intenciones de Itaú Unibanco al llegar a México no se limitarían a participar como uno más del mercado local. Los brasileños de Itaú venían con la intención de apropiarse de una parte importante del mercado mexicano y, por lo tanto, estaban explorando posibilidades en tanto pedían autorización para poner el primer pie formal en México a través de una casa de bolsa.

 

El pasado 27 de agosto le confirmamos que efectivamente “la ‘exploración’ de Itaú pasa por buscar la compra de un ‘pez gordo’ del sistema financiero local” y nos atrevimos a sugerir que Scotiabank sería un candidato que Itaú estaría evaluando, sobre todo porque los canadienses ya mostraron disposición para vender su negocio en México en más de un momento.

 

Pues bien, ayer en Sao Paulo el presidente ejecutivo del banco brasileño calentó las expectativas del mercado bancario al soltar que están evaluando comprar Banamex para entrar a México. Ni más, ni menos.

 

Citi y Banamex no han dicho nada. Pero ¿por qué Roberto Setubal diría algo así sin tener camino andado? Sabemos que los banqueros brasileños quieren entrar por la puerta grande a México, presumen tener con qué y saber cómo hacerlo. Claro que México no es Brasil. Ni tampoco el negocio bancario mexicano es tan sencillo como parece si se quiere efectivamente entrar a las grandes ligas del mercado local para pelear de tú a tú con BBVA, con Banamex o con Banorte.

 

Hay cierto dejo de arrogancia en Itaú y en las palabras de Setubal, pero es parte del juego del negocio bancario, un negocio que hace tiempo abandonaron los banqueros mexicanos dejándoles la mesa servida a los extranjeros.

 

Banamex no vive su mejor momento, al contrario, y Citi ha dado algunas muestras de que estaría dispuesto a desprenderse de su negocio mexicano a un precio tan atractivo que les abone a la posición de privilegio que tuvieron en algún momento en Estados Unidos. ¿Será tan alto para la arrogancia y el apetito brasileño? Ya ocurrió con la mayor cervecera mexicana, Corona, cuando los brasileños-belgas de AB InBev la rodearon y le llegaron al precio. Ahora los de Itaú llaman la atención al poner sus ojos en el segundo mayor grupo financiero del país. Veremos de qué tamaño es su apetito.

 

SÍGALE LA PISTA…

 

Este columnista se tomará un descanso en estos días de Navidad que nos vienen como un refugio en medio de la tormenta. Estaremos de regreso el próximo lunes 5 de enero.