BOGOTÁ. El gobierno y la sociedad colombiana acogieron con entusiasmo el anuncio del cese el fuego unilateral e indefinido de las FARC que comenzará el próximo sábado y cuya duración es una incógnita por la advertencia de la Presidencia de que no se aceptarán las condiciones fijadas por la guerrilla.
Al cerrar en La Habana el último ciclo del año de las conversaciones de paz, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dijeron que este cese el fuego y de hostilidades “que debe transformarse en armisticio”.
Las FARC condicionaron igualmente la duración del cese el fuego a que no haya acciones militares en contra de sus unidades, posibilidad que al igual que la de la supervisión externa fue rechazada hoy por el Gobierno.
“Valoramos el gesto de un cese al fuego unilateral e indefinido, pero no podemos aceptar esas condiciones como la de una verificación internacional. Vamos, eso sí, a analizar muy bien el avance y el cumplimiento de este cese al fuego, porque me parece que es un buen paso inicial”, manifestó el presidente colombiano, Juan Manuel Santos.
Esta verificación, según las FARC, estaría a cargo de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la ONG Frente Amplio por la Paz.
El presidente aseguró que “la verificación que están pidiendo” se puede discutir pero más adelante, cuando las negociaciones de paz, que entraron en un receso navideño hasta mediados de enero, terminen el punto de víctimas que está en discusión y pasen al de fin del conflicto, el último que será tratado de la agenda de cinco puntos pactada con las FARC.
Santos subrayó además que la advertencia de la guerrilla, de que el cese el fuego “se daría por terminado” en caso de que se constate que las “estructuras guerrilleras han sido objeto de ataques por parte de la fuerza pública”, tampoco es aceptable.
El argumento del presidente para rechazar cualquier propuesta que implique suspensión de operaciones militares es que en procesos de paz anteriores ya se hicieron experimentos similares y la guerrilla aprovechó esa situación para fortalecerse.