Ocurre a diario. Una persona cualquiera, en un comercio cualquiera, mira alternativamente torciendo el gesto los dos teléfonos negros que sostiene en sus manos. Tienen pantallas de tamaño idéntico, mismo precio, aunque distinta marca. La etiqueta le muestra una serie de parámetros que invitan a pensar en la superioridad de uno frente a otro en algún aspecto concreto y del segundo frente al primero en otra característica. Surge la pregunta inevitable: ¿Cuál es mejor?
Al final, guiado por el marketing de algunas compañías, el cliente adquiere el de la marca que le “suena” más o el que le indica el vendedor con una estrategia clara de dar salida a algunos teléfonos que se le acumulan.
En resumen, finalmente, agobiados por la indecisión, hacemos una compra aleatoria, no fundada en lo que queremos y esperamos del producto y con ello llega la frustración de no tener el móvil que nos gustaría o haber hecho un regalo “envenenado” a nuestro ser querido. Con unos sencillos consejos podrá elegir el teléfono perfecto para la persona que lo va a usar, para unos será la cámara, otros valorarán que no vaya lento y otros que la batería dure mucho.
Haremos una compra racional y ajustada a nuestras necesidades, con una inversión equilibrada y sin la incertidumbre que genera pensar que no sabemos lo que hemos adquirido. Aquí van algunas claves:
Tamaño de pantalla
La tendencia vira hacia las pantallas grandes, superiores a 4,5 pulgadas. Cuando se rebasan las 5,5 pulgadas solemos hablar de Phablet, que es la unión de las palabras phone (teléfono en inglés) y tablet.
Es posible que una pantalla de menos de 4 pulgadas le resulte muy incómoda para, por ejemplo, escribir mensajes en servicios tipo whatapp. En el otro extremo, los más grandes podrían parecer excesivos para llevar en un bolsillo.
En el caso de las mujeres el bolso solventa el problema y en los varones depende un poco de si llevamos pantalones vaqueros muy ajustados o no. Si es así, se marcará demasiado el teléfono en el bolsillo y puede ser un poco molesto al agacharse. Entre 4,3 y 4,7 pulgadas nos moveríamos en unos tamaños más que aceptables.
Resolución
¿Por qué unas pantallas se ven mejor que otras? Realmente cuando vemos fotos o vídeo en un teléfono de gama alta se aprecia una nitidez y unos colores muy atractivos. La resolución se expresa en píxeles, por ejemplo 1080 x 1920, es decir Full HD, 720 x 1280 o 480 x 800, que puede tener un terminal de gama media o baja.
Sin embargo hay que tener en cuenta que esta variable guarda relación con el tamaño de la pantalla. Cuanto más pequeña sea la pantalla menos se notará una baja resolución y veremos la imagen bastante bien. El problema puede tenerlo si compra un móvil con una pantalla muy grande y con poca resolución.
Hay una medida que resulta de comparar resolución con tamaño de la pantalla que es la densidad de píxeles, también llamado los píxeles por pulgada o ppp. Si lo ve en la lista de características puede ayudarle a hacerse una idea. Con más 300 ppp esté seguro de que va a gozar de gran calidad de imagen.
Procesador
El procesador es el cerebro del nuestro Smartphone. Este apartado y el siguiente, la memoria RAM, van a determinar la agilidad con la que el teléfono ejecuta las operaciones, cuánto tarda en encenderse, en abrir una aplicación, en pasar las fotos que estamos viendo.
Ésa es la gran diferencia entre los teléfonos de gama media y los de gama alta. Independientemente del fabricante, también nos puede hacer dudar el hecho de que nos digan que uno tiene un simple núcleo, dos (dual) o cuatro (quad).
En teoría, a más procesadores mayor rapidez, ya que cada núcleo funciona independientemente para realizar instrucciones generadas por las aplicaciones y al haber varios, se dividen el trabajo entre ellos dando como resultado la máxima rapidez y que no se quede “atascado”.
Memoria RAM
Otro apartado crucial para saber qué estamos comprando. Tanto los iPhone de Apple como los Windows Phone están concebidos para rendir muy bien sin una exigencia de memoria que sí tiene los teléfonos con sistema operativo Android.
En este caso, un terminal con sólo 512 Mb de memoria RAM no se va a mover con fluidez, sobre todo cuanto tengamos varias aplicaciones abiertas. 1Gb de memoria y 2 en los de gama más alta le garantizarán una experiencia satisfactoria. Si se encuentra ante dos teléfonos de precio similar –en torno a los 100 euros se puede dar esta dicotomía- y uno tiene 512 Mb y el otro tiene un giga no dude ni por un instante que debe comprar el segundo de ellos, incluso aunque costase un poco más. Es una característica muy importante.
Tarjeta SD
Los teléfonos tienen un “disco duro” integrado. En la gama media puede tener una capacidad de 4 u 8 Gb. A base de grabar vídeo o meter nuestra biblioteca de música eso puede llenarse rápidamente y si está al límite hará más lento nuestro teléfono.
Por eso es importante que el teléfono admita la posibilidad de insertar una tarjeta micro SD de ampliación de memoria. Entonces gozaremos, por un precio muy bajo, de un poder de almacenamiento mucho más generoso. Eso sí, luego debe indicarle al teléfono mediante el menú de opciones correcto que, por ejemplo, todas las fotos y vídeos que tomemos con la cámara las almacene en esa tarjeta, dejando espacio de la memoria interna para alojar aplicaciones y programas. Que tenga la posibilidad de insertar una tarjeta micro SD es otra especificación a la que no debemos renunciar.
Batería
Deje de soñar con aquellos móviles cuya batería duraba una semana. Antes cogíamos el móvil para llamar o escribir un sms, ahora le damos muchos más usos derivados de la conexión a internet, la enorme pantalla, su magnífica cámara de fotos… En el mejor de los casos, a batería de un Smartphone de cualquier nivel y precio no llegará al día y medio. Con poco uso, algunos aguantarán dos jornadas.
La batería es el auténtico talón de Aquiles de los móviles. Al final se coge la costumbre de cargarlo todas las noches. En este apartado no cabe duda, cuanto más mejor. La capacidad de la batería se mide en miliamperios hora (mAh). Si hablamos de más de 2.400 mAh su teléfono tendrá una muy buena batería.
Algunos modelos tienen la batería integrada de tal manera que no puede reemplazarla uno mismo. Con los años, la batería dura cada vez menos y si podemos comprar otra y cambiarla nosotros alargaremos su vida útil. Así que no es mala opción que pueda quitarse con facilidad.
Cámara
La cámara de fotos es una de las características en las que más nos fijamos. La referencia evidente es el número de megapíxeles. Con 5 muchas personas verán colmadas sus expectativas y 8 ya es una buena medida, puesto que tampoco queremos sacar imágenes tamaño poster para la marquesina de un autobús.
La calidad de una foto viene determinada también por la lente en sí misma. Algunos teléfonos hacen muy buenas fotos y otros no tanto, sobre todo cuando las condiciones de iluminación no son las idóneas. Los modelos de gama baja carecen de flash, pero casi todas satisfarán al usuario aficionado. No se obsesione con la cámara.
Sistema Operativo
El sistema operativo Android de Google copa casi el 90 por ciento del mercado. Después encontramos el iOS de Apple y el Windows. Como se mencionó antes, el primero exige más al teléfono y un Windows Phone, por ejemplo, funciona con fluidez con menos memoria RAM.
En cualquier caso, una persona poco ducha con la tecnología siempre muestra miedo a cambiar de entorno. “Si yo ya sé cómo funciona éste”, “No voy a encontrar los menús”… Son frases que se escuchan cuando se plantea el cambio a otro sistema. Hay miedo y resistencia. Sin embargo, debe saber que, con sus particularidades, los gigantes que hay detrás de los sistemas operativos han diseñado sistemas intuitivos y sencillos, que permiten a cualquiera manejar las funciones básicas. Con un poco de práctica se hará con ello.
A grandes rasgos podríamos decir que las aplicaciones llegan antes a iPhone y Android, que Windows tiene un catálogo más reducido, aunque cuenta con las más populares. También que los teléfonos de Apple son los menos personalizables a la hora de organizarnos las pantallas y los programas a nuestro gusto, poner widgets en sus escritorios y accesos directos. Si no tiene ningún motivo serio, el miedo a no saber manejarlo no puede ser uno de ellos, no descarte ningún sistema operativo para su compra.
Resistencia a golpes
Hay personas que tienen cierta tendencia a que su teléfono bese el suelo de vez en cuando. Sólo una mínima parte de los usuarios renuncia a colocar una funda protectora al móvil. Hay millones, desde las más sobrias a las que rozan –o rebasan- el límite de lo estrafalario.
Pero cuando los vemos en la tienda ya podemos intuir su robustez cuando la carcasa es de un plástico que aparenta resistencia. Las esquinas y la pantalla son los puntos más vulnerables. Respecto a esta última, a veces verá en la etiqueta la denominación Gorilla Glass (Cristal Gorila) junto a las especificaciones de la pantalla. Esto significa que el cristal está fabricado con un material sintético especial que lo protege frente a arañazos y otras agresiones que dejarían muescas en la frontal. Con todo, una buena funda siempre viene bien.
¿3G o 4G?
La conexión a la red 4G que ofrecen ahora las operadoras de telefonía no es algo que esté presente en todos los teléfonos. Esto permite disfrutar de altas velocidades sin necesidad de estar conectado a una red WiFi, algunas redes ofrecen hasta 300 megas por segundo, algo impensable hace unos años.
El despliegue de estas redes LTE avanza a muy buen ritmo y ya es posible conectarse en las localidades más pobladas. Podríamos estar viendo una serie de televisión en plena calle, subir los vídeos a las redes sociales sin problemas… Es un futuro que ya es presente, pero lo cierto es que usuarios que quieran consultar internet de vez en cuando, usar programas tipo whatapp, ver su Facebook y poco más puede vivir muy a gusto con su 3G actual y conectarse al WiFi de casa, un local o el trabajo para disfrutar de altas velocidades de conexión. De momento podría sobrevivir comprando un móvil con conexión 3G.
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