Los cinco agentes cubanos que estuvieron en prisión en Estados Unidos asistieron a un masivo concierto del cantautor Silvio Rodríguez, a quien acompañaron en la interpretación de algunas de sus canciones.
Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González participaron la noche del sábado en el 62 concierto por los barrios que realiza el fundador del movimiento de la Nueva Trova.
Durante la velada, transmitida por televisión, cientos de personas congregadas en los alrededores del estadio Latinoamericano de beisbol, en esta capital, saludaron a los exconvictos encarcelados en 1998 y condenados en 2001 a largas penas de cárcel.
Hernández, Labañino y Guerrero llegaron a La Habana el pasado 17 de diciembre tras un acuerdo entre los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro, quienes pactaron además el restablecimiento de relaciones diplomáticas.
René Gonzalez y Fernando González ya se encontraban en la isla caribeña tras cumplir sus sentencias acusados de espiar a grupos anticastristas en Florida y, según la Fiscalía, instalaciones militares en ese estado.
Silvio Rodríguez recordó que en las presentaciones anteriores de este ciclo, iniciado en 2010, siempre él y sus acompañantes reclamaban la liberación de los cinco, considerados aquí “héroes de la lucha antiterrorista”.
Para un pueblo de necios, “El necio”, así presentó Labañino la canción de Rodríguez que, según Gerardo Hernández, se convirtió en un himno de resistencia para ellos en los momentos más duros de la prisión.
También corearon junto a Rodríguez el tema titulado “La era”, que según Guerrero él cantaba cuando salía en las mañanas a un espacio dentro de la cárcel conocido como Recreación.
Este es un sueño de todos nosotros, gracias Cuba, un saludo grande, gritó Guerrero a la multitud que los aplaudió y a Silvio, al que hicieron volver al escenario para interpretar “Serenata diurna” y “Ojalá”, coreadas también por “Los cinco”.
En declaraciones a la prensa, tras concluir el concierto, Hernández señaló que cuando se bajó del avión que lo trajo de regreso le dijo al presidente Raúl Castro: “General, estamos a sus órdenes de nuevo, mi vida está consagrada a servir a los cubanos, a la Revolución, donde sea, como sea”.