La flexibilización entre Estados Unidos y Cuba traen esperanzas de que las personas que viven en la isla puedan acceder a un mejor nivel de vida y volver a ver a sus familias que radican en el extranjero.

 

“Creo que va a ser favorable, más para Cuba. Hay que esperar a que vengan los cambios, pero no creo que vayan a ser rápidos. Se va a abrir un poco la economía. Hay mucha pobreza en mi país. Yo espero que Cuba se abra al capital extranjero para que puedan llegar empresas y la gente pueda trabajar en ellas. Porque no importa cuánto trabajes, si trabajas mucho o poco, allá no puedes aspirar a tener un nivel de vida un poquito mejor”, consideró Saidelys Silva, de 25 años e integrantes de la comunidad cubana en México.

 

Saidelys y su hermana Sarieli, de 33 años, llegaron a vivir a México en 2012 con la intención de mejorar su calidad de vida y desarrollarse profesionalmente.

 

“Yo veo algo muy positivo en esto, siendo de una generación privilegiada, este cambio que viene es algo muy positivo para todos y debía haber pasado hace mucho tiempo. Cuando va a haber medidas económicas a favor de los cubanos y que Estados Unidos tenga un intercambio económico con la isla, está bien porque quiere decir que el futuro de Cuba va a ser más claro y limpio. Yo creo que los cambios vienen para bien”, opinó Sarieli Silva, bailarina profesional.

 

Por su parte, Felipe Santiago, instructor físico de 48 años que llegó al país hace 16 y logró naturalizarse cuando se casó con una mexicana, con quien en Querétaro, confía en que la nueva relación entre Washington y La Habana mejore la situación de los cubanos que viven en la isla.

 

“¿El modelo americano es verdaderamente lo que necesita el pueblo de Cuba? Yo creo que no, pero sí es tiempo ya de borrar viejos rencores y de buscar un punto medio donde se pueda convivir en armonía”.

 

“Para mí Obama es un gran líder por no utilizar la guerra como la única herramienta para solucionar los problemas y para mí el presidente de Cuba hizo algo grande al abrirse el diálogo”, opinó.

 

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las hermanas Silva y Felipe Santiago forman parte de una comunidad integrada por más de 11 mil 822 residentes cubanos en el país. Hace una década, los cubanos eran la tercera población extranjera residente en México, después de los estadunidenses y los hondureños.