Era el 23 de diciembre de 1973, en juego correspondiente a la ronda divisional de los Playoffs, los Steelers de Pittsburg recibían en el estadio de los Tres Ríos a los Raiders de Oakland.
Los Acereros comenzaban a fraguar lo que sería una generación de ensueño, un año antes de que la Cortina de Acero comenzara con una seguidilla de títulos, Terry Bradshaw aparecía como el hombre clave.
El marcador estaba 7-6 a favor de los Malosos, faltaban 22 segundos para que terminara el encuentro, la última jugada, yarda 40 de los locales.
Bradshaw con su característico número 12 evitó una tacleada luego de romperse la bolsa de protección, logró salir, ante la embestida de la línea de defensivos, lanzó un pase largo buscando al receptor abierto John Faqua, pero Jack Tatum impidió el pase con un golpe que dejó a Faqua en el piso.
Bradshaw asotó el casco contra el piso, los jugadores y el entrenador de los Raiders festejaban pero nadie se percató que el balón no cayó.
Franco Harri logró atraparlos y corrió 60 yardas para touchdown y así darle la vuelta al marcador y ganar el partido con marcador de 13-6.
Los Raiders protestaron aireadamente a los árbitros ya que en aquella época el reglamento prohibía que dos jugadores ofensivos tocaran el balón sucesivamente, pero no sirvió de nada, los árbitros consideraron que Faqua no había tocado el balón y dieron como bueno el touchdown.