Un año blanco. Es el nuevo orden mundial. El blaugrana es historia, el albo es el nuevo negro: el de la décima, el de las 22 victorias consecutivas, cuatro títulos, el del campeón de invierno, del Mundo, el de los 79 títulos totales en las vitrinas, por 78 del Barcelona, el campeón de todo. Real Madrid es la nueva máquina de futbol que impresiona y enamora al mundo con números imposibles.

 

Cierto que a los merengues habrá quien les tenga pendiente un año como aquel 2009 del Barcelona, el de los seis títulos, pero nadie duda de que el haber obtenido la décima en el semestre pasado, junto a la cascada de triunfos con la que arrancó el presente han puesto a los blancos en la picota del orbe futbolístico gracias, en mucho, al técnico italiano Carlo Ancelotti y por supuesto a su estrella superdotada Cristiano Ronaldo.

 

Por eso lo del sábado anterior en el Mundial de Clubes empieza a ser un lugar común futbolísticamente hablando: una imagen del Madrid con el trofeo de campeón en lo alto y miles de papelitos de colores explotando por detrás.

 

No fue para menos, el Real Madrid se convirtió el sábado, junto con el Milán el equipo con más títulos de campeón Mundial de Clubes, antes llamada Copa Intercontinental. Un detallito más en un 2014 totalmente albo. No es casualidad que las huestes de Ancelotti encarrilen la friolera de 22 juegos al hilo con triunfo desde el pasado 16 de septiembre a la fecha a sólo cuatro de los 26 logrados por el Ajax en un hoy lejano 1973.

 

Un Madrid de hombres récord, más allá de Cristiano; el título es de Iker Casillas arquero de 700 partidos y capitán de los blancos que con el campeonato de Clubes puede presumir haber levantado todos los títulos posibles en su ya longeva carrera con los blancos, y por qué no, hasta con la Selección de España: Ligas, Champions, Copas, Supercopas, Eurocopas, Mundiales…, todo, absolutamente todo.

 

¿Y Cristiano? Es simple, la estatua que fue develada en su natal Madeira en Protugal lo dice todo. El portugués es un inmortal de las canchas, botín de oro, balón de oro, un jugador de oro en un club de oro que ha superado la ficción, y los sueños publicitarios, con una estatua de más de dos metros y medio de alto y casi una tonelada de peso de pura realidad. El director Alejandro González Iñárritu lo presagio en aquel comercial de la marca deportiva de la palomita en un alarde de pitoniso; hoy es pura y dura realidad.

 

Es el nuevo orden futbolístico en el orbe, nueva era después del tiki taka de Guardiola; la del Madrid de Cristiano, de Iker, de Ancelotti. El imperio blanco tomó por asalto 2014 y por lo que se vislumbra en el cercano 2015, los blancos no tienen la menor intensión de soltarlo.

 

 

Ancelotti arregló el vestuario del Madrid

 

El gran mérito de Carlo Ancelotti desde que llegó al Real Madrid, según Sergio Ramos, fue haber arreglado un vestuario que había quedado destrozado tras el paso de José Mourinho.

 

“Real Madrid ha recuperado esa imagen y alegría que llevaba transmitiendo tantísimos años donde siempre agradaba”. El club necesitaba “una persona que entienda a los jugadores y eso Ancelotti lo sabe a la perfección. Ha sido futbolista y se pone en la piel del jugador. Sabe manejar un vestuario y en qué situación te tiene que decir algo delante de alguien o a solas